martes, 20 de septiembre de 2011

Las calenturas de Antonia (2)

Toda la tarde Antonia vino sinitiéndose culpable. Tras alcanzar algunos fantásticos orgarmos, el furor uterino había remitido y solo quedaba un inmenso sentimiento de tristeza por lo que había hecho. Juan no se merecía aquello.

lloró, Fueron lágrimas de remordimiento, prometiéndose no volver a ceder a sus tentaciones. Pero era en vano. Cuando los ardores sexuales acudirean de nuevo, acabaría cediendo nuevamente a ellos.

Aquella misma noche, despertó pronto tras un par de horas durmiendo. Sus sueños estaban poblados de pollas, de adorables culitos masculinos y torneados brazos que no pasaban de los veinte años. Tras algunos minutos de lucha interna, se levantó con sumo cuidado y se dirigió a la habitación de Andrés. Sin poderlo evitar, casi presa de una voluntad ajena a la suya, le bajó el slip mientras dormía y comenzó a mamar con devoción. Pronto descubriría Antonia, que las mamadas eran el "tentempié" del sexo. Muchas veces, las circustancias impedían disfrutar de este a fondo, con una buena follada a conciencia. Cuestión de tiempo o situación. En cambio, nada impedía disfrutar con una buena mamada y una agradable sobada de tetas. Ayudada de un automasaje en el clítorix, podía procurar increibles orgasmos, además de proporcionar "material" con que excitarse posteriormente en sus masturbaciones solitarias. El semen, con ese sabor tan particular suyo que deja una especie de irritación suave en la garganta, quizá no resultara un sabor agradable, pero en modo alguno tampoco desagradable, y sí en cambio, resultaba muy morboso de tragar y saborear. Una explosión de leche dentro de su boca o en su cara, hablaban bien a las claras de cuanto había disfrutado un hombre con su trabajo bucal. Una corrida abundante y potente, escupida con fuerza incontenible, era señal inequivoca de que el compañero de turno había gozado plenamente, y dejaba una sensación de satisfacción en si misma increible. Era el premio que se daba a tu labor, el reconocimiento de tu valía como amante.
Andrés despertó pronto. Y pronto se corrió de nuevo con ganas dentro de la boca de Antonia. Esta, una vez acabada la mamada, se metió en la cama con él. No podíoan follar, so pena de ser descubiertos. Juan tenía un sueño a prueba de cañones, pero no así los niños. Pero necesitaba sentir aquel cuerpo masculino junto a ella transmitiendo su calor, sus manos en sus tetas. Estas llegaron pronto.

-No se que me pasa_comentó en un susurro.
-¿Porque lo dices?
-No se. . . -contestó tras dudar un poco-Siempre he sido fiel a Juan. . . y él a mí, estoy segura. Pero de un tiempo a esta parte. . . es difícil explicar. . .
-Te pica el coño¿Nó?-Ella lo miró sorprendida-Es eso en definitiva¿o nó?
-Bueno. . . sí. . . siento una necesidad imperiosa de ponerle los cuernos. No es solo de follar. Necesito sentirme puta, humillarlo. Y sentirme humillada yo misma, entregada a otrois hombres para su disfrute, en perjuicio de él. No está bien. Él siempre fue muy bueno conmigo y los niños.

-¿Quieres que lo dejemos aquí?

-!Ni loca¡Esta tarde me propuse hacerlo, pero ya ves. . . ha durado hasta ahora. . . no pude evitar venir. . .
-No creo que debas luchar contra ello. No debes ir contra tu naturaleza. reprimirse acaba perjudicando psicologicamente y no serías feliz. Y si tú no lo fueras, Juan tampoco lo sería¿no Crees?

Era un discurso egoísta por oatr de Andrés, que lo único que pretendía era poder seguir follando a Antonia, disfrutando de su fabuloso cuerpo.
-Lo crea o nó, no puedo luchar contra ello. Lo he intentado mucho tiempo. Ya no más. -Había un brillo de lujuria ahora en sus ojos. Andrés devolvió la mirada.

-Ven mañana a la obra a las 11. A esa hora Juan no está, sale a almorzar. Es el jefe y tiene el privilegio salir para ello. No te arrepentirás de tu decisión. Creo que soy el hombre ideal para tí. Juntos humillaremos al cornudo mas allá de lo imaginable. Le pondermos los cuernos más grandes de España. Pon como excusa que me traes el almuerzo. Y ponte la misma ropa que llevabas hoy!Nada más¡

El brillo aumentó en los ojos de Antonia, supercachonda. Se fundieron en un morreo, y Andrés estrujó sus tetas con fuerza, haciéndole daño. Pero a Antonia no le importaba. Es más, le gustaba.

-Quiero pedirte algo. Córtate el pelo. Me ponen las melenitas esas cortitas, con la nuca rapada, tipo Natalia Millán. Además, así queda tu nuca libre para cogerla cuando me la mamas. Me pone a 100.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La llegada de Antonia fue anticipada de un coro de obscenidades y silbidos. Desde que se aproximaba de lejos, fue vista por los albañiles, que prorrumpieron en excalmaciones soeces. Antonia, al verse así recibida, acentuó aún más los movimientos de sus caderas y el balanceo de sus tetas. Estas amenazaban con salirse del pronunciuado escote que dejaban los botones desabrochados, mientras sus compañeros de abajo permitían asomar aquellas preciosas piernas. Sonrió.

La entrada a la obra estaba prohibida a todo el personal ajeno a ella pero, ¿quien iba a decírselo?Al fín y al cabo, allí eran todos hombres, y no hay animal más débil que un hombre ante una mujer bella. De cerca, resultaba mil veces más impactante. Unas gafas de sol oscuras, le daban un toque sofisticado. Sus tetas se veían a las claras tras la fina tela del vstido, mientras dos manchas enormes de leche derramada incontenible de estas, hacían visible sus pezones como si este no existiese.

-Hola. vengo a buscar a Andrés.

Le indicaron donde encontrarlo.
Cuando este la vio llegar, quedó impaxctado. Una cosa era verla de cerca con esa indumentaria, como había hecho el día anterior, pero otra verla acercarse con aquellos movimientos. Además, el corte de pelo le quedaba de fábula!estaba guapñisima¡Mucho más que con la anticuada melena, y mucho más "fashion".

La mayoría de los trabajadores, no la conocían. Para ellos era simplemente una tía buena. Pero los de la cuadrilla, sí sabían que era la mujer de su jefe. No era problema. Es más, Andrés se ocupó de informar a los demás de que lo era. Entraba dentro de sus cálculos. Beso en los labios como saludo, y ligero apretón en una teta. Los compañeros de la cuadrilla miran, unos con complicidad, otros sorprendidos. Antonia sonrió complacida. Confiaba en el chico. Sabía que Juan no se enteraría.

Andrés se la lleva a un pìso inferior y, allí la puso de rodillas para que le hiciera una mamada. no era un escondite perfecto. Al contrario, era un sitio de paso constante. Al cabo de unos minutos, muchos obreros habían visto la escena, algunos de ellos de la cuadrilla de su marido. Entonces llegó uno, un amigo de confianza de Juan.

-Oye, no me gfusta meterme donde no me llaman, pero¿no creeis que os estais pasando?Juan es el padre de tus hijos. . . y un jefe que siempre se ha portado bien contigo¿que estais haciendo?

Andrés la hizo levantarse. Contaba con aquello. Era parte de su plan.

-¿Que estamos haciendo?Mírala. . . mira que cuerpo. . que tetas. . . -diciendo esto, tocaba una de ellas. Antonia sonreía con picardía. -Enséñaselas Antonia.
Odedeció desabrochándose totalmente el vestido, que se abrió de par en par para mostrar gloriosa desnudez, sin perder nunca su lujuriosa sonrisa, su mirada de diablesa del sexo.

-Vamos, tocáselas. No te va a decir que nó.

El hombre miraba embobado. Aquellos dor hermosos globos desafiaban la fidelidad a su amigo. No hizo falta insistir mucho para que acabara sobándolos con ambas manos, ante la complacida sonrisa de Antonia. Le gustaba sentir esa sensación de dominio sobre los hombres, pero más aún le gustaba verse sometida a un chico tan jovenguapo y vicioso.

-¿Que hacemos preguntas?¿Que es lo que haría tú con un cuerpo como este a tú disposición?Ella es un putón redomado, y Juan un imbécil que no se entera de lo que tiene en casa. El pobre cornudo no imagina que su mujer es una ansiosa devoradora de pollas, adicta al semen. vamos Antonia!Demuéstraselo

Un par de movimientos y el hombre estaba sentado sobre unos sacos de cemento, Antonia de rodillas ante él mamando su polla. No era mujer de entregarse a cualquiera. Tenía decidido llegar a ser una superguarra, pero siempre escogiendo a quien le gustara. En cambio, nada le proporcionaba más placer que cumplir los caprichos de su chico. Una ligera mirada a aquel mar inmensamente azul que se extendía tras aquellos maravillosos ojos, le bastaba para anular totalmente su voluntad, y gozar con ello.

Al poco tiempo, ayacullaba abundantemente en su boca. pero para aquel entonces, ya estaban allí todos los miembros de la cuadrilla, 8 en tyotale incluso alguno de otras. Todos querían disfrutar de aquel cuerpo. Era algo imparable. Tal era el encanto de Antonia, que la testosterona casi se podía oler en el ambiente.

Andrés los conminó a dirigirse al último piso ya que, de continuar allí, pronto sería a la totalidad de la obra que debería complacer Antonia, mientras que allí, eran mínimos aún los obreros que trabajaban. Precedidos por ella, su vestido abierto mostrando orgullosa su soberbiqa desnudez, una sonrisa de triunfo en su cara, nadie dudo en seguirla.

Allí arriba, la impactante panorámica de Benidorm a sus pies desde un trigesimosegundo piso en estructura, sin paredes levantadas aún, Antonia fué sobada aconciencia por todas aquellas manos. Sus tetas apenas quedaban librfes segundos antes de ser apresadas de nuevo. Mamó pollas con voracidad, hizo cubanas, fue follada por coño y culo. . . recibió incontables corridas en cara y tetas. . . Algunas fueron simplemente morbosas, ya que no le agradaban demasiado algunos de aquellos tipos. Pero otras fueron auténticos orgasmos, ya que entre ellos, habían jovencitos guapísimos. Cuerpos dorados por el sol, auténticas esculturas algunos con abdominales bien definidas, pectorales marcados, fuertes brazos hechos para abrazar y grandes manos hechas para acariciar, bañados en un fresco sudor no oloroso aún, que los hacía aún más sexys. Prietos culitos que parecía decir "tócame"¿Que había estado haciendo todos estos años?¿Como había podido dedicarlos unicamente a su marido, lejos ya del tipo de hombre que le atraía por edad?!Cuanto tiempo desperdiciado¡Ahora lo comprendía plenamente ante aquellos maravillosos cuerpos que disputaban entre ellos por gozar de ella!Que ironía¡Cambiadas las tornas, bien podía ser ella la que disputase con otras mujeres por uno de aquellos. No le hubiera importado pagar por una sesión de sexo con alguno de ellos en otras circustancias. De hecho, a menudo se había propuesto hacer algo así, buscando en los contactos del periódico. Pero nunca había llegado a decidirse. Y ahora los tenía ante ella, tan ansiosos de follarla y correrse sobre ella, como ella de que lo hicieran. Nunca más volvería a ser la triste y fiel Antonia. Nunca más. Se había acabado el renunciar al placer en nombre de un sentiomiento de deuda para con su marido. La naturaleza la habíafavorecido entre miles con un cuerpo para el sexo, y ella había sido lo suficientemente desagradecida para no emplearlo para el fin a que estaba destinado. No volvería a ocurrir. Este día, vió nacer a Antonia la puta, la devoradora de jovencitos, la tigresa del sexo. . . "requiem" por la antigua, descanse en paz. la vieja Antonia ha muerto. . . !Larga vida a la nueva Antonia¡
Continuará pronto. Espero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario