martes, 13 de septiembre de 2011

Laperra vida 01

Capítulo uno

Susana siempre había odiado a su hermana gemela, Lara. Pensaba que por su culpa había muerto su madre y a medida que iban creciendo, ese odio crecía con ella. Habían nacido con unos minutos de diferencia y el parto había sido mas de lo que su delicada madre pudo soportar.

Por la mera existencia de su hermana pequeña todo se reducía a la mitad, o al menos eso pensaba ella. La atención de su ocupadísimo, mayor y rico padre, las cosas que podía comprarle, la enorme casa en la que vivían, las atenciones y cuidados del servicio, todo tenía que compartirlo con su gemela... De las dos hermanas Lara siempre había sido la favorita de su padre y Susana no la perdonaría jamás por eso, ya le había robado a su madre y no consentiría que hiciera lo mismo con su padre. Físicamente eran iguales, idénticas, pero Lara era mas dulce, obediente, estudiosa, responsable y sumisa mientras que Susana era básicamente una zorra, egoísta, fría, calculadora e implacable, pero procuraba no mostrar su auténtica naturaleza ni su desprecio por esa estúpida, físicamente exactamente igual a ella, intentaba por todos lo medios ocultar su verdadera naturaleza a su padre y se cobraba el esfuerzo maltratando a su hermana.

De modo que desde que tuvo uso de razón, cada vez que su padre la castigaba, reprendía o contrariaba, ella alimentaba ese odio, esa repugnancia y ese desprecio que sentía por su perfecta hermana, aprendió a emular a esa estúpida ante los demás, ya la creo que sí, pero poco a poco, desatendidas por su padre y aprovechando los años pasados al cuidado del servicio, se fue apoderando de la mente de su hermana. Serían iguales físicamente pero Susana tenía una mente mucho mas fuerte y perversa, no en vano era la hermana mayor y contaba además con una cabecita inteligente y pérfida. Poco a poco y no sin esfuerzo, consiguió convertir a su hermana en un ser mentalmente maleable.

Podría llenar un libro solo contando el trato otorgado a la estúpida durante el tiempo pasado en el colegio y como se aprovechó de ella humillándola a su antojo. Los castigos que le inflingía, las vejaciones a las que la sometía. Todo era poco para compensarla por sufrirla tantos años...

Pero todo cambió para mejor cuando tras cumplir los 17 años las matricularon en un internado durante el verano, ya que su padre estaría ocupado viajando esos meses por sus negocios, era el propietario de una importante firma farmacéutica y no tenía ni tiempo ni ganas de atender a sus hijas.

Era un centro elitista, muy caro y extremadamente estricto. A través de su gran amiga Marta, también matriculada en el internado, Susana se enteró de que allí la vida era muy severa, los profesores aplicaban castigos corporales públicamente a las alumnas a la menor infracción y las humillaciones estaban a la orden del día, por lo que su cabecita maquinó un elaborado plan para librarse de ese futuro atroz.

El día de su ingreso, Susana, con la inestimable ayuda de su amiga Marta, se las ingenió para crear la confusión necesaria de que había un error y que no eran realmente dos hermanas sino solo una. ¿No se habían percatado de que las fotos de las matrículas y los datos de las fichas eran idénticos? Lo habían planeado concienzudamente y entre las dos convencieron al profesorado del lamentable error que habían cometido, así al ocultar la persona de su hermana podrían disponer de ella a su antojo sin que nadie se percatara de ello. Podrían tenerla a su entera disposición.

La habitación que compartían Marta y Susana era una enorme suite con un saloncito para estudiar y pasar los momentos de ocio, un dormitorio, un baño enorme y un vestidor que serviría perfectamente a sus propósitos para esconder a la inexistente Lara. La disciplina del internado era brutal, pero la atenuaba el tener a Lara para servirlas.

Lara obedecía y atendía a su hermana, era su obligación, siempre lo había sido, no importaba que ella le insultara o le pegara, apenas podía hacer nada sin enojar a su hermana, por alguna extraña razón creía eso, su hermana se había encargado de ello. Torpe e inútil era los apelativos mas cariñosos que le dirigía y Marta hacía tres cuartos de lo mismo. No le dirigían la palabra si no era para insultarla u ordenarle algo. Lara se encargaba de sus ropas, tenía que limpiarles los zapatos, servirles el desayuno y atenderlas en su baño. Claro que Susana y Marta también se encargaban de ella, le decían lo que tenía que ponerse, y lo que hacer, como, cuando y donde. Eran la hermana mayor y su mejor amiga y poco a poco fueron consiguiendo que Lara no hiciera nada por ella misma, solo obedecía lo que Susana y Marta le decían. Ah, la de perrerías que le hacían, excepto profanar sus agujeros, única condición establecida por Susana, tenían carta blanca para hacer lo que quisieran con su cuerpo.

Al ser idénticas, Marta podría pasear por el colegio a Lara sin que nadie se diera cuenta y así le enseñó todo lo que debía conocer del centro, ya que el resto del tiempo lo pasaba encerrada en la habitación. Si se les ocurría alguna trastada que hacerle en el exterior del centro, solo tendría que ir primero Marta con ella y luego se acercaría Susana ya que la gente ignoraba su existencia no les parecía nada fuera de lo normal.

Susana era una buena estudiante, pero con su comportamiento se hizo meritoria de grandes castigos y humillaciones públicas que por supuesto estaban destinadas a afianzar el sometimiento de su hermana, que la suplantaba en esos casos para deleite de sus captoras. Por lo que con su comportamiento consiguió que Sara fuera azotada en público en diversas ocasiones y humillada durante un montón de veladas.

Por un lamentable descuido de Marta, Elena, la gobernanta del colegio descubrió la existencia de Lara, la encontró atada y amordazada en un armario justo en el momento en que estas regresaban a la habitación. No les costó convencerla de que no dijera nada, siempre y cuando fuera Lara la que se encargara de sus tareas en su suite bajo la atenta vigilancia de Elena. El trato fue aún mejor de lo que imaginaron en un primer momento ya que el marido de Elena, Samuel, era el encargado de los establos y jardines, lo que les abría todo un abanico de interesantes posibilidades.

Durante los fines de semana el internado quedaba casi vacío, pero Susana y Marta no se marchaban a sus casas al igual que el resto de sus compañeras, por el contrario, se quedaban al cuidado de Elena y Samuel y entre todos se divertían a costa de la estúpida de su hermana. Samuel era un experto conocedor de las plantas y tenía un amplio surtido de ellas que servían para maltratar y educar a Lara. La sometían a sesiones con plantas urticantes, alucinógenas, afrodisíacas y les proporcionaba un sinfín de varas de diferentes materiales, enseñándoles a utilizarlas adecuadamente para marcar el cuerpo de la niña. Fue el mejor verano de sus vidas.

Tanto disfrutó Susana dominando a su hermana que decidió elaborar un plan para que esa situación fuera permanente, tendría que hacer algo grandioso para que su padre le encargara la tutela de su gemela.

Hasta que, la víspera de su 18 cumpleaños decidió el golpe final, sería su venganza. Llevaba toda su vida preparando la débil mente de su hermana, era tan estúpida que no se daba cuenta de cómo la manipulaba. Desde hacía años había ido minando su voluntad. La trataba peor que al servicio, la insultaba y humillaba la denigraba y la vejaba a la mínima ocasión, sin que nadie se diera cuenta. Se había hecho con el control de sus horas de sueño, despertándola a su antojo o medicándola para conseguir lo contrario, llegó incluso a mantenerla drogada una larga temporada solo para divertirse. Era una suerte que pudiera disponer del amplio muestrario de fármacos de la empresa de su padre. Cuando estaban en casa, su padre estaba siempre muy ocupado y el servicio estaba controlado, había tenido vía libre durante muchos años mientras ganaba puntos a su hermana ante los ojos del verdadero juez: su padre.

El servicio estaba controlado, porque su padre había contratado a una severa ama de llaves que mantenía todo en orden y Susana adoraba a esa mujer. Era estricta y sumamente severa y sobre todo, no demostraba favoritismo por su hermana, al contrario, solía cebarse con ella cuando podía.

Susana se había hecho con el dominio absoluto de su voluntad, sin que ese ser inmundo que tenía por hermana y al que no deseaba nada bueno, se diera cuenta. No soportaba que se atreviera a tener su mismo aspecto, sus mismas largas piernas, el mismo trasero e incluso hasta parecía tener mejores tetas. Odiaba a esta estúpida. No solo la obligaba a servirle, sino que la convencía de que olvidaba cosas, la suplantaba y la metía en un montón de líos que solo la hacían dudar de su capacidad mental y creía que solo podía confiar en su hermana. Ya no parecía la favorita de papá. Y ahora que sería mayor de edad, la haría suya totalmente.

Una vez tomada la decisión, cuando ya la tenía a punto su plan y casi por casualidad, se enteró de la existencia de un hombre que trabajaba en su barrio recogiendo la basura. Sabía que el pobre infeliz solo soñaba con vivir lo mas alejado del mundo que fuera posible, trabajando lo justo para su sola subsistencia. No sólo era solitario, taciturno, vicioso, perverso y violento, sino que su aspecto era del todo repulsivo, no porque oliera a basura por culpa de su trabajo, era por culpa de la madre naturaleza que le hacía parecer un animal agresivo y desagradable. Era la herramienta perfecta de su venganza.

Tras haberse hecho la encontradiza con él en un par de ocasiones y dedicarle solo insultos y malas palabras. Un buen día, lo conquistó, simplemente se le acercó y le dijo que se ofrecería a él si le hacía el favor de concederle ciertas condiciones. Lo sedujo susurrándole que tenía una fantasía con él, que llevaba unos días observándolo en su trabajo y que se excitaba con algo tan sucio. Quería que la poseyera, sucia y brutalmente. El pobre hombre estaba excitadísimo con la bonita niñata que, por cierto en las ocasiones anteriores en que se habían cruzado solo lo despreciaba, se le estaba ofreciendo como toda una sucia perra experta, a pesar de sentirse insultado aceptó oír sus condiciones. Que manera de calentarle la muy perra, aceptaría sus condiciones y luego aplicaría también las suyas.

Así que Susana le explicó que esa noche, en la caseta de la piscina de su casa, le esperaría, desnuda y atada para que hiciera con ella lo que quisiera, quería que fuera muy fuerte y muy sucio a pesar de que ella, de pronto, pareciera haber cambiado de opinión. El pobre hombre no podía creer su suerte, se vengaría del insulto de esta sucia perrita de sociedad si la encontraba desnuda y atada como había prometido, sabía justamente lo que tenía que darle, era su sueño hecho realidad, si quería sentirse como una perra, el la trataría como tal.

Tras indicarle como entrar en la propiedad se marchó a casa a preparar a su hermana, encantada por lo fácil que había sido convencer al pobre infeliz. Mas sencillo fue “secuestrar” a Lara, con solo media pastillita en una copa que le pidió que tomara con ella en la amplia y confortable caseta que tenían en la piscina. Quería compartir con su hermana gemela la última noche antes de su mayoría de edad, le dijo para información a su padre, cuando en realidad iba a enredarle la mente de nuevo. Y la ingenua, pánfila y estúpida de Lara aceptó, claro.

Ya la tenía medio inconsciente en la caseta y ahora comenzó a disfrutar atándola, el efecto de la pastilla sería de una hora escasa por lo que cuando llegara su sucio violador, todo estaría preparado y perfecto, su hermana despierta e indefensa para disfrutar de su violación, como regalo de cumpleaños, había hecho bien en preservar sus agujeros.

Colocó un precioso collar de perra en su cuello y una mordaza de bola bien apretada en su boca. El primero de los caminos a la sumisión total y absoluta. Como la excitaba todo esto. La desnudó sin ningún cuidado, de hecho, fue mas brusca de lo necesario, la odiaba y no se quedaría sin satisfacer su deseo de hacerla sentir parte del sufrimiento que su estúpida existencia le había provocado. Había traído tres cámaras para grabar todo lo que sucedía en la caseta, había colocado una casi encima de su cabeza, otra en un lateral y otra de frente, todos los ángulos cubiertos. Y comenzó grabando como la preparaba, le pellizcaba todo el cuerpo dejándole tremendas marcas sobre todo en los pechos y los muslos, para luego amarrarle las piernas por los tobillos, bien abiertas y tensas, para que no pudiera moverlas. Las manos las ató juntas pero elevándolas por encima de su cabeza una posición muy incómoda que tensaba muy bien su cuerpo, con el torso un poco elevado y su vacía inútil cabeza colgando. Sus grandes pechos saltaron en ese momento y Susana al ver unos pechos mas plenos que los suyos decidió modificarlos y como le quedaba algo de tiempo, tomando mas cuerda los amarró también, bien apretados, al poco rato ya estaban empezando a colorearse de un modo delicioso y no se reprimió en azotarlos y pellizcarlos de nuevo.

Su obra comenzaba, un solo acto, perfección en una palabra: venganza inminente a la posesión. Como odiaba a esta estúpida, pensaba mientras sonreía cruelmente a su hermana que se removía despertando de su sueño y que le devolvía su propio reflejo, como un espejo.

Putita, ¿estás ahí? – se sobresaltó al oír de pronto que preguntaba el sucio basurero que acudía puntual a la cita, lo cual era de agradecer.

Si, espera un momento que termino de colocarme, dame unos minutos, por favor – contestó Susana excitada admirando su obra y escondiéndose para poder disfrutar de todo

Ok, me fumo un cigarro y entro perrita, espero que estés preparada para lo que pienso darte – le gruñía el hombre

Oh si, por favor, de ningún modo mi reacción o comportamiento deben hacer que tu pares de divertirte, ¿comprendes? Tienes todo el tiempo que quieras, pero no debes quitarme la mordaza en ningún momento - contestaba Susana viendo como su hermana al fin despertaba del todo y se encontraba desnuda y atada. Ojalá las cámaras grabaran la expresión de su rostro, era perfecto, estaba tan excitada que empezó a masturbarse lentamente en su escondite, desde donde podría admirar la culminación de sus planes.

Eso haré contigo perrita, divertirme – contestaba el hombre exhalando el humo de su cigarro acariciando su tranca por encima de los pantalones, llevaba todo el día duro de solo pensar en la putita ricachona – Y no pienso volver a escuchar esa voz tuya por lo que no habrá problema y no te quitaré la mordaza.

Una vez agotado su cigarrillo no esperó mas para entrar y allí la encontró, como le había prometido, desnuda y atada, su cuerpo brillante de sudor, con una expresión aterrada en el rostro cubierto de lágrimas que le hizo gracia, no entendía de que se asustaba ni porqué lloraba. Y de que modo estaba amarrada la muy perra, el cuerpo muy tenso y sus pechos estaban ya rojos y debían de dolerle horrores, eso lo excitó mas y todo el odio repentino que sintió por ella y toda la rabia que traía, explotaron al fijarse en las marcas de los pellizcos por todo su cuerpo, parecía imposible que ella sola pudiera haber hecho todo aquello.

Pero que sucia perra eres, con su collar y todo – le escupió mientras se desabrochaba su pantalón y se quitaba el cinturón con lo que se le ocurrió una estupenda idea – yo también quiero dejarte mis propias marcas perrita – susurró con rabia justo antes de azotarla con el cinturón

Hhhmmmpppfff – ininteligibles sonidos salían de detrás de la mordaza mientras la perra comenzaba a retorcerse

Oh la perrita quiere hablar – azote – pero no se le entiende – azote – es tan sucia esta perrita – azote – que solo hay un modo de tratarla – azote – y yo – azote – estoy aquí – azote – precisamente para eso – azotes seguidos de gemidos y sollozos, que él ignoraba

Lara no entendía que infierno era este, recordaba haber estado hablando con su hermana en la caseta de la piscina, y allí seguía, pero desnuda, atada y con un loco azotándola. Su cabeza estaba medio embotada pero registraba todo el dolor que experimentaba su cuerpo, que se retorcía intentando escapar de los azotes que iban desde sus doloridas tetas hasta sus muslos, deteniéndose en su coño hasta ponerlo hinchado y colorado.

El hombre interpretó estos movimientos como excitación por parte de la perra que no podía parar de restregarse en su celo. Tras la tanda de azotes que propino a toda su parte delantera, tenía la polla como un misil, por lo que optó por follársela en ese mismo instante. Y sin preocuparle si estaba preparada para él o no, de un solo y certero golpe se la clavó hasta la empuñadura. El ronco y salvaje grito que se escondió tras la mordaza al desvirgarla, no fue tenido en cuenta y tan pronto los huevos del hombre chocaron contra las nalgas de la cautiva comenzó con una salvaje follada que era acompañada por los gemidos de la sucia perra que parecía estar disfrutando de lo lindo.

Pero Lara no disfrutaba en absoluto, su vagina estaba seca aunque la sangre producida por la rotura de su himen había mejorado mínimamente la situación, el dolor que sentía en todo su cuerpo le nublaba mas la mente, pero no lo suficiente como para desvanecerse y librarse de este suplicio.

Susana se lo estaba pasando en grande, ni en sus mejores fantasías de venganza se había imaginado algo tan perfecto, este ser miserable era ideal para su hermana, ojalá se quedara preñada de una sucia y estúpida criatura como ellos, pensaba mientras alcanzaba su primer orgasmo.

El hombre seguía taladrando esa vagina y disfrutando mas al notarla tan seca, ese sería un dolor añadido para la perra, pero no era suficiente, ella le había insultado y ahora la tenía ahí y con su permiso para hacerle lo que quisiera. Ella se lo había buscado, así que incorporándose un poco sobre la perra comenzó a palmear esas enormes tetas amoratadas que bailaban sin parar, produciéndole mas tormentos.

Esto debe estar doliéndote, ¿verdad perrita? – le preguntaba él observando como lloraba – pero yo se lo que tu necesitas y te lo voy a dar - le susurraba acompañando cada palabra con una nueva embestida

Hhhmmmpppfff – volvía a escucharse tras la mordaza mientras se agitaban mas esas amoratadas e hinchadas tetas, invitándolo

Oh si, eso también, que buena idea ha tenido la perrita – aceptó la falsa invitación jadeando justo antes de bajar su cabeza para morder esos pezones – Pero que duras y calientes tienes las tetas, perrita, me encantaría que tuvieran leche para poder ordeñarlas – le decía sin parar de follarla, morderla, insultarla y lastimarla

Susana observaba como ese sucio animal destrozaba a su hermana, se estaba cumpliendo su venganza y los jugos de su vagina resbalaban por sus muslos, había dejado de masturbarse tras su segundo orgasmo, porque presentía que esto iba para largo y no quería agotarse, y en caso de que no fuera así, siempre podía recurrir a las grabaciones de la violación de su perra hermana. Ya la tenía y ese solo pensamiento era lo que mas la excitaba. Si le presentaba las cosas a su padre adecuadamente, como había planeado, le entregaría el cuidado de su hermana pequeña, estaba claro que su enajenado juicio tendría que tener una guía y quién mejor para ello que su propia hermana mayor...

El hombre estaba a punto de correrse y le habría gustado hacerlo en la sucia boca de su perrita, pero estaba la mordaza, además la imagen de esos pechos llenos de leche le dieron la idea de que podía dejarla preñada para que alguien los disfrutara. No le importaba una mierda lo que sucediera con la criatura, pero esta perra le calentaba como ninguna lo había hecho, así atada, preciosa, sometida. Realmente la estaba poseyendo como le había pedido. Le gustaba eso, le gustaba tremendamente eso.

Lara se revolvía en su sufrimiento ¿cuanto mas podía durar esto? se preguntaba sin poder soportar mas el trato que estaba recibiendo. Le dolía todo el cuerpo pero ahora su mente no solo registraba eso, el terrible dolor, había algo que empezaba a calentarla por dentro, era una especie de cosquilleo que se convirtió en verdadera calentura cuando ese hombre horrible y despreciable que la follaba como un animal comenzó a golpearla de nuevo y humillarla con sus comentarios.

Eso es perrita – se reía él sin parar de follarla salvajemente – sabia que te acabaría gustando con lo sucia que eres. Disfruto mucho viéndote bien jodida – se reía taladrándola profundamente.

Hhhmmmpppfff, hhhmmmpppfff – lloraba Lara desconsolada mientras experimentaba el primer orgasmo de su vida, algo realmente grandioso, que haciendo que las contracciones de su coño apretaran tanto la polla de su violador que no pudiera evitar su propio orgasmo

Verás que linda camadita de cachorros salen de ese sucio coño – le gruñía él mientras la llenaba sin parar de lastimar sus pechos que parecían a punto de reventar – Que bueno ha sido follarte, pero por esto no te preocupes perra, que no he terminado contigo todavía – le decía retirándose de ella

Lo sabia, jadeó Susana en su escondite, sabía que este bruto no me decepcionaría, mi venganza será perfecta, va a hacerle mas cosas, su mente excitándose hasta el paroxismo al pensar en lo que se le ocurriría ahora a ese sucio y perverso espécimen. La había azotado y violado, era mas de lo que Susana pretendía, pero ¿que querría ahora él? Vaya, se sorprendió viendo lo que venía a continuación. El hombre puede que fuera sucio, pero no era un estúpido después de todo.

Soltándole los tobillos a la inútil la giro con un violento movimiento que fue acompañado de un grito por parte de la perra al golpear sus doloridas tetas contra el suelo y volvió a atarla, pero el muy bestia aprovechando su debilidad le empujó hacía delante, levantando su culo, doblándole las piernas y atándoselas a la altura de sus muslos. Era un alarde de habilidad que impresionó mas a la muy excitada observadora, admirando como la estúpida de su hermana quedaba ahora en una postura de rodillas, forzada por las cuerdas, boca abajo con las tetas amoratadas colgando y cuando Susana pensó que iba a correrse, solo mirando como ese estúpido hombre follaba el culo de su hermana, éste se fue hacia la puerta por la que había venido y volvió acompañado de un enorme perro. Esto se ponía mejor por momentos, pensaba volviendo a acariciarse, para su sorpresa pensó que acabaría gustándole este hombre, que imaginación mas perversa

Mira lo que te he traído perrita – se carcajeaba ese hombre horrible y despreciable viendo otra vez esa expresión de horror tan graciosa en la cara de su nueva mascota – un espécimen de tu raza para que te folle a gusto

Hhhmmmpppfff – volvió a romper en gritos y llantos la perra

Haces bien en agradecérmelo, perrita – se burlaba mientras incitaba al perro a que se acercara a su nueva mascota a olerla y lamerla a discreción – porque esta vez, por ser la primera y si te portas bien, haré de mamporrero, porque como perrita, sabrás que a estos bichos se les forma una tremenda bola en la base del pene que podría reventarte, si yo no lo evito – disfrutaba asustándola, no sería para tanto, pero quería que no dejara de temerle. Le había sorprendido gratamente que la perrita fuera virgen, pero no por ello dejaría de castigarla por insultarle.

Cuando la nublada mente de Lara asimiló esas palabras era tarde, un lengüetazo áspero atravesó la entrada de su vagina seguido de otro y otro mas, haciendo que esta empezara a mojarse instantáneamente y sus piernas comenzaran a temblar. Ella no había experimentado nada así en su vida, no pudo reaccionar se quedó muy quieta, su cerebro sin poder emitir ninguna señal, solo su coño sintiendo esa lengua rasposa que hacía que se estuviera empapando entera, esas piernas que no paran de temblar y ese hombre horrible que no paraba de reírse de ella, no dejaba de elogiar lo sucia y perra que era, haciendo que de su vagina brotaran auténticos ríos de flujo hacía sus piernas atadas a pesar del dolor de sus pechos que se balanceaban con los estremecimientos que le provocaba la lengua del perro.

Pero cuando noto que el animal dejaba de lamerla para montarse encima de ella, abrazándola con sus patas por debajo de sus doloridos pechos y arañándola en el proceso, su cerebro reaccionó y envío la orden a su cuerpo de moverse, pero éste, lo único que fue capaz de hacer fue empujar el culo hacía la polla del perro que estaba intentando entrar.

Al escuchar otro grito ronco y salvaje ahogado por la mordaza, por parte de su perra el hombre rió complacido, lo había conseguido, ya estaba enculada por su nuevo amante y comenzó a acariciarse la polla delante de su cara. Al ver como sus pechos habían aumentado el doble de su tamaño y tenía un color morado, decidió quitarle esas ataduras mientras el perro la follaba como era habitual en un animal de su tamaño, caliente, fuerte, rápido y duro.

Lara volaba, apenas podía entender lo que le estaba sucediendo, pero le gustaba tremendamente, ese hombre horrible y despreciable la había convertido en una perra en celo y eso le gustaba, ¿como podía haber caído tan bajo? Su hermana siempre había tenido razón, era menos que nada. Pero se sentía de maravilla. Estaba disfrutando de la enculada de un perro en su hasta hace poco culo virgen cuando de repente sintió como la sangre volvía a circular en sus pechos. El dolor hace que casi pierda el conocimiento, casi. Ese hombre horrible le estaba produciendo un daño mortal y su sucio perro despreciable le estaba dando un placer inmenso que pensó no existía. Su cuerpo se convulsionaba con los envites del animal y las manipulaciones de aquel hombre.

Joder pero que perra mas puta eres – le decía sin parar de amasar sus pechos para que recuperaran algo de sensibilidad produciéndole un gran dolor – si fueras mía perrita, te trataría así a diario - le susurraba al oído – te daría todo lo que tu cuerpo anhela. Te pasearía con tu collar y jugaría contigo.

Hhhmmmpppfff... hhhmmmpppfff - jadeaba ella sin control

En ese momento el violador, cambió de posición y bajó su mano para detener la entrada de la tremenda bola dentro de la perra, pero sin evitar que ambos animales se corrieran compulsivamente. Que perra mas estupenda se le había ofrecido, esto era un regalo del cielo, tenía la polla a reventar y aunque no pensaba quitarle la mordaza, si pensaba correrse en su puta cara.

Se volvió a colocar delante de ella y mientras el perro se dedicaba a lamer lo que salía de aquel culo recién follado, el hombre, sin parar de pajearse, la agarró por los pelos, levantando su cabeza bruscamente y golpeándole la cara con la dureza de su gran erección, restregándose contra ella. Y de repente con un movimiento nada delicado, giró a la perra como si supiera donde estaba la cámara que captaría su cara, corriéndose en ella, llenándola de esperma que la cámara captó a la perfección sin parar de insultarla en todo el proceso. La perra había experimentado otra tremenda corrida con las atenciones del perro y su voz dándole las gracias por el maravilloso rato que la había hecho pasar y que se repetiría, que sería su perrita cuando él quisiera, que lo anhelaba... se quedó traducido en una serie de hhhmmmpppfff que él ignoró mientras se marchaba acompañado de su perro, sin siquiera volver a mirarla.

Susana pensaba que Lara ya era suya, tras recuperarse tranquilamente de la cascada de orgasmos producidos por la visión del éxito de su misión, salió de su escondite y se acercó a su hermana, regañándola la ayudó y convenció de que había sido cosa suya, otra vez estaba olvidando cosas, ¿no recordaba, acaso, que le había dicho, tras aceptar tomar la copa, que quería estar un rato sola? Su hermana tenía la mente tan dispersa que aceptaba todo, fue tremendamente fácil convencerla de que la ayudaría, que no contaría una palabra de lo sucedido, para que su padre no se enfadara, ja! si ella supiera. Ahora solo tenía que hacer el montaje adecuado de las imágenes y presentárselo a su padre, para que a la vista de los acontecimientos, le concediera el cuidado de su descarriada hermana pequeña. Pasaría el resto de su vida disfrutando al destrozar la de su estúpida hermana, le haría pasar por un infierno por todas y cada una de las contrariedades que le había provocado, siempre su misma imagen persiguiéndola. Al fin, podría realizar todas sus fantasías, convertiría a su hermana en el ser insignificante que ella sabía que era. Sería su mascota y jugaría con ella hasta aburrirse, y entonces, ya veríamos, ya se le ocurriría que hacer con ella.

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