jueves, 15 de septiembre de 2011

El primo de un amigo

Saludos a todos, espero que les hayan gustado mis otros relatos, aquí les tengo uno nuevo, esta vez va reflejado hacia un evento de mi pasado, cuando estaba en el liceo, época en la cual pase por muchas cosas y aprendí muchas nuevas, pero para esta historia, solo basta decir que nunca esta demás recordar lo que dicen los padres “no hables con desconocidos” y menos que les abras la puerta, pero bueno, en este caso le conocía de vista, no diré mas, espero que los disfruten.
Durante el 3do año del liceo, me decidí a enfrentar mi vida correctamente, deje de hacerle caso a los rumores que decían de mí y me propuse ser alguien mejor, durante unos 4 mese todo mejoro, nadie se burlaba de mí, no me decían nada, solo me miran y hablaban de mi con respeto, al menos las personas que yo conocía, pero nunca está demás conocer a las demás personas que te rodean.
Un día, nada fuera de lo normal, estábamos saliendo de vacaciones, así que en varios días nos daban las mañanas libres, solo íbamos en la tarde a no hacer nada y de nuevo para atrás, pero este no era el caso para todos, los de 4to año si estaban atareados, todos ellos al parecer tenía muchas materias atrasadas, entre ellos se encontraba Gabriel*, el es primo de un amigo y compañero mío del liceo, una de esas muchas mañanas que teníamos libres Gabriel llego a mi casa:

*Gabriel es un chico alto, blanco, de cabello claro, muy simpático e inteligente, es el tipo de personas que a simple vista no parece romper ni un plato, pero con un lado muy oscuro y su primo se llama Ángel.*

-“hola, chico, por casualidad ¿Ángel no se encuentra aquí en tu casa?”
-“que tal Gabriel, nop, me temo que no, hoy nos dieron la mañana libre, debe de estar en tu casa”


Cabe destacar que se me hizo muy extraño esa visita, el estaba uniformado del liceo, se veía inquieto, más de lo usual y su mirada expresaba que algo ocultaba, pero no me inmute por ello y seguí como que si nada:

-“a ¿de verdad?, bueno, ¿no te molesta si me quedo a esperarlo un rato?”
-“si quieres quédate, pero me parece que llegaras tarde y que él no vendrá”
-“¿llegar tarde?”
-“al liceo muchacho o ¿es que acaso te vistes así para salir a pasear?”
-“a si, si, tienes razón”


Dentro de mi mente decía “estás loco si crees que me como este mal cuento, se nota que no sabes lo que estás haciendo y que piensas es en otra cosa, pero ¿en qué piensas?, aun no logro entender”, sobra resaltar que en esta época yo no tenía ningún mal pensamiento de nadie ni de nada de lo que sucedía, todo era o normal o inusual, más nada, además de que era muy ignorante sobre temas como ese de llegar a la casa de alguien que no conoces y pensar en otra cosa, se puede decir que aun era inocente, solo tenía 14 años.
Me quede esperando con él unos 15 minutos, yo adentro de la casa y la casa con la reja cerrada con llave, a cada minuto que pasaba el se ponía más nervioso aun, hasta que me dijo:

-“oye aquí afuera hace un calor enorme ¿me dejas pasar para no sudarme tanto el uniforme?”
-“o si, claro, discúlpame”


Le pedí disculpas porque no acostumbro a hablar con nadie entre las rejas, siempre les abro, pero algo adentro de mi me decía que pensara mejor si abrirle o no:

-“vaya, tu casa es grande por dentro, aun que por fuera se vea pequeña”
-“si, todos dicen eso”
-“y que, ¿Por qué esta tan callado?, ¿estás solo?”
-“a decir verdad sí, mi mama salió de viaje y mi hermana esta en el liceo, pero debe llegar en unas hora”
-“ya veo, cuéntame que estabas haciendo antes de que yo llegara y te interrumpiera”
-“nada, solo veía la tele en el cuarto del final”
-“a, ya veo, bueno si quieres vamos a verla para que no te pierdas el programa”
-“tranquilo, me lo sé de memoria, es repetido”
-“pero de seguro que está muy bueno”
-“eso si”
-“entonces vamos a verlo”


Siempre estoy acostumbrado a darle mucha confianza a las demás personas, inocente en fin que iba yo a pensar, pasamos al cuarto y estoy seguro que justo cuando me levante del asiento y le di la espalda sentí que pasaban 3 dedos por la ranura de mi pantalón, pero no hice ninguna seña o signo de a verlo sentido, me detuve en la puerta del cuarto y él se coloco al lado mío y dijo:

-“es tu cuarto, tu pasa primero”
Eso era cierto, pero tan pronto entre, volví a sentir los dedos, de nuevo no hice nada, solo me fui y me senté en la cama, el se sentó a mi lado, estaba muy inquieto, colocaba su mano por mi pierna (y yo que tenia bermudas coticos en ese día), luego se metía la mano por el mono y se apretaba su pipe, yo era muy hábil para ver por el filo del ojo, así que no tenía que pretender que lo veía para verlo, aun así podía ver su cara y sentía que decía “mírame”, pero no volteaba.
Después de unos 6 minutos, se levanto y me dijo:
-“párate”
Hacia mis adentro dije “para que”, pero por fuera solo hice caso a su petición, luego dijo:
-“colócate de espaldas”
Y así mismo lo hice, el me sostuvo por mi cintura e hizo un movimiento como que me cojia, pero rápido y momentáneo con todo puesto, ya todo me había quedado claro, pero de ahora en más era cuando yo quería ver, que podía y que quería el hacer claramente, más de lo que yo sospechaba, a cuento el estaba dispuesto a llegar.
Me movió algo brusco y yo me senté, se movía por todo el cuarto, hasta que se coloco en la esquina junto a mí, donde en frente había una maqueta que me costó mucho crearla junto con mis amigos, la cual estaba sobre una mesita que quedaba a la altura de mi cintura, entonces la agarro y yo me levante algo molesto y le dije:
-“no no no no, con esa maqueta no te metas”
Inconsciente e inocentemente me coloque entre él y la mesita, le quite la maqueta y cuando me agache para dejarla en la mesa sentí lo grande y duro que tenía el pipe, me sorprendí aun mas cuando me lo recostó, entonces alce la maqueta y me la lleva de allí a la cama, a lo que él me dijo:
-“yaba ven un momento y colócate como estabas”
De nuevo inocente y algo idiotizado le hice caso, me volvió a agarrar por la cintura y esta vez hizo más lentos los movimientos, a lo que yo le dije:
-“oye, acaso ¿tu quieres cojerme?”
Asintió con su cabeza, aunque tenía la cara roja como un tomate y muy nervioso, entonces le dije:
-“si es así, entonces vamos a la cama”
Rápidamente se quito el mono y dejo a la vista el pipe más grande que yo hubiera visto (hasta ese momento en toda mi joven vida), me quede boca a abierto y el aprovecho y me metió su pipe en la boca, de inmediato volví en mi y no me opuse, comenzó a mamárselo muy lento y el estaba haciendo movimientos de mete y saca en mi boca, pero solo lo hicimos unos 10 minutos, luego me acosté boca abajo en la cama, abrí mis nalguita y cerré los ojos para sentir como estaba ese gran pipe en mi interior, el se coloco encima de mi e hizo mi idea realidad, aun que era muy largo, no era muy duro, así que no me dolió.
Me estaba haciendo un mete y saca espectacular, pero no paraba de mover sus piernas y era algo torpe, entonces me lo saco y me dijo:
-“ponte de pie”
Nunca antes me lo habían metió de pie, así que no sabía qué hacer, pero él me guio poco a poco al darse cuenta:
-“recuesta tus manos en la cama, levanta tu colita, relájate y disfruta”
Así mismo lo hice, sentía como el busca mi hoyito y cuando lo encontró, meto de una su gran miembro, eso me gustaba mucho, extendió sus manos y agarro mi pipe, haciéndome una paja espectacular, me gustaban mucho sus envestidas, fuertes pero con un miembro no han duro, no dolía, totalmente espectacular para mi edad e inocencia.
Me sentía en el cielo, cada metida y sacada eran las mejores, estaba sudando mucho y había perdido la noción del tiempo, pero de un momento a otro sentí un líquido caliente que llenaba mi interior y aun que yo no había acabado, el saco su pipe, se vistió y dijo:
-“ya, me tengo que ir”
A tiempo, en lo que vio que yo me aliste, salimos y justo a 3 minutos de que él se fue, llego mi hermana, es decir de haber esperado, hubiéramos estado en un tremendo lio, pero esa no fue la única vez que tuve con él, pero eso se los cuento otro día, espero que les haya gustado, saludos.
Autor: Jacob Santamaría “POETA, FILOSOFO Y ESCRITOR”

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