lunes, 19 de septiembre de 2011

LA NUEVA FAMILIA DE ALFREDO 3

Alfredo resignado entró a su casa y trató de pasar desapercibido ante Sarahi y compañía pero para su mala fortuna no le fue posible.

¡Alfredo ya llegaste, anda, acércate!— le dijo Sarahi sin siquiera tomarse la molestia de mirarlo. Alfredo se acercó nervioso y ligeramente pudo observar a las amigas de Sarahi; eran dos bellezas totalmente.

¡Esclavo, te presento a mis amigas, para ti las podrás llamar ama Rebeca y ama Carmen!— le expresó orgullosa Sarahi.

¿Sarahi, éste es el imbécil que se comió una uña de tu pie?— preguntó Rebeca mirando con asco a Alfredo; Rebeca, una hermosa huera de cabello largo y ondulado, ojos verdes y delgada.

¡Claro!— respondió muy divertida Sarahi para luego añadir entre risas— ¡te presento a Taradín!;

¿Es el estúpido que te limpió los zapatos con la lengua?— habló ésta vez una divertida Carmen; preciosa joven, blanca de piel, cabello largo y lacio de igual conflexión delgada.

¡Pues sí!— le confirmó Sarahi— ¡no te encuentras animales como estos a docenas ni todos los días!— las tres chicas soltaron a reírse tras el comentario de Sarahi.

¡Bueno Alfredo te recuerdo que no me has saludado como te he enseñado!, ¿o será que deseas primero una paliza para que lo hagas?— se dirigió Sarahi burlona hacia el chico. Alfredo humillado y muerto de vergüenza tan solo y se safó la mochila y seguido se arrodilló ante su hermanastra y ante las carcajadas de Carmen y Rebeca le besó los zapatos a Sarahi para después quitárselos al igual que sus calcetas y limitarse a quedar postrado ante sus pies besándoselos hasta que ésta le ordenó— ¡anda ve y saluda ahora a mis amigas!;

Alfredo se dirigió gateando hasta llegar al otro mueble y detenerse justo ante los pies de Rebeca quien muy divertida observó como Alfredo le besaba los zapatos para después hacerlo con Carmen y también desde luego se encargó de descalzarlas para que las chicas se sientan mas cómodas. Carmen trató indiferente a Alfredo pero Rebeca que era un tanto mas perversa decidió jugar un poco con el acercándole a la cara las plantas de sus pies.

Alfredo, ¿te gusta como huelen mis pies?— le preguntó irónicamente al ver las muecas de desagrado que éste hacía y que al no responder Rebeca después de sonreír en complicidad con Sarahi miró con cierto desprecio a Alfredo y sonriéndole al igual despectivamente le restregó en su cara sus sudadas y olorosas plantas de sus pies hasta que Sarahi ordenó a su hermanastro— ¡ya Alfredo, tráenos algo para batanear y después te quiero ver limpiando todos los zapatos uno por uno con la lengua!;
Por supuesto Alfredo se marchó de momento para en cosa de minutos regresar con una bandeja llena de galletas y cacahuates y una jarra de jugo de naranja y tras dejarla en una mesita levantó todos los zapatos disponiéndose a retirarse para limpiarlos cuando Sarahi le gritó— ¿A dónde crees que vas idiota?, ¡los limpias aquí tirado en el piso a nuestros pies!;

Alfredo se contuvo para no llorar y se estiró en el piso bocabajo cerca de Rebeca quien usó su espalda para descansar sus pies e ignorándolo se pusieron a conversar de cosas del colegio y demás y a devorar con apetito todo lo que contenía la bandeja sin importarles en lo mas mínimo que a sus pies se encontraba un pobre infeliz limpiando miserablemente con la lengua sus zapatos y reían y reían hasta que en una de esas risas Sarahi escupió el pedazo de galleta que masticaba pero enseguida solo fue necesario que expresara con un tono de flojera— ¡Alfredo!— para que éste tan solo se estirara tantito y se comiera al instante aquellos restos de galletas escupidos ante las burlas de todas.

Ya más calmadas Carmen quien estaba resfriada hizo de pronto un ruido asqueroso que provenía de su garganta y que concluyó al momento que escupía una tremenda flema sobre su jugo.

¡Bah Carmen!— expresó indignada Sarahi— para eso estaba Alfredo. Pero Carmen maliciosamente le respondió— ¡oh descuida, Alfredo se ha portado tan bien y mira que crueles nosotras que ni le hemos ofrecido bocadillos, lástima Alfredo pero mira que estábamos hambrientas!— le dijo mirándolo con cierta pena para continuar— bueno, no importa, ten, ¡te regalo mi jugo, anda ya tómatelo!— todas rompieron a reír a mas no poder por la maldad de Carmen y al pobre Alfredo se le borró la leve sonrisa de su rostro al pensar vagamente en que Carmen en verdad se había compadecido de el y ante la mirada de las tres perversas muchachas el infeliz de Alfredo se tragó el jugo con el flemazo incluido para que enseguida lo mandaran a que fuera por sus mochilas y se cambiaran con ropa y zapatos de deporte pues saldrían a jugar un rato dejando a Alfredo con muchas ocupaciones en la casa.

Tras un buen rato que para Alfredo le parecieron minutos las tres hermosas chicas regresaron agotadas y sudadas por haber estado jugando, enseguida se tiraron sobre el mueble para que Alfredo de nueva cuenta las tuviera que descalzar y cubrir de besos sus bellos pies, tras hacerlo con Carmen y Sarahi procedió con Rebeca sin imaginar lo que ésta se traía entre manos.

¡A ver Alfredo ve subiendo, no beses solo mis pies, anda bájame el pants y hazlo con los dientes!— fueron las palabras de Rebeca acompañadas de una hermosa y perversa sonrisa que se había plasmado en su rostro. Alfredo se quedó mas que sorprendido al igual que Carmen y Sarahi.

¿Qué no entendiste animal?— se expresó molesta Rebeca acompañando sus palabras con una patada que le propinó a Alfredo en la boca— ¿Sarahi, no que estaba muy bien educado?— Sarahi solo se limitó a sonreír al mirar que Alfredo con la boca ya le iba bajando el pants a Rebeca al igual que sus finas braguitas amarillas también por deseo de ésta quedando a la vista su bello sexo.

¡Bien Alfredo empecemos de nuevo!— continuó Rebeca que cada vez se le veía mas excitada con la situación— ¡vuelve a besarme los pies y poco a poco vas subiendo por mis piernas hasta llegar a…. tu ya sabes donde!— le expresó con malicia— ¡bueno por tu bien espero que lo sepas!;

Carmen y Sarahi estaban muy atentas a lo que fuera a suceder y Alfredo obedeció iniciando con besar los pies de Rebeca, sus plantas, dedos, tobillos, piernas hasta detenerse justo frente a su sexo entonces Rebeca muy divertida y excitada y mas al ver la cara de susto y nervios de Alfredo le dijo riendo— ¡bueno ya sabes que hacer, bueno espero que sepas que hacer!— se burló de el.

Alfredo se moría de nervios y no era para menos si a esos nervios le sumamos la poderosa excitación que lo había invadido al encontrarse ante tal situación y más que nada ante tal belleza a lo que no quedándole otra alternativa lentamente pegó sus labios en el sexo de Rebeca quien dio inicio a su cruel juego— ¡Sarahi, ve por un cinturón!— a lo que enseguida Sarahi fue por el cinturón.

¡Bueno!— prosiguió Rebeca para explicar su perverso juego cada vez mas excitada dirigiéndose tanto a sus amigas como al propio Alfredo— ¡éste juego es muy sencillo, Alfredito cada vez que considere que no te estás esmerando en complacerme Sarahi te dará un cintarazo y como no recuerdo haberte indicado que te detuvieras, Sarahiiiiii!— concluyó Rebeca gritando mientras miraba sonriente a Sarahi lo que ésta entendió perfectamente y al instante le propinó el primer cintarazo en la espalda a su hermanastro.

¡Ayyyyyyy!— se quejó penosamente el pobre de Alfredo que en su vida jamás había recibido siquiera una cachetada por parte de sus padres y logrando con sus quejidos y con el brinco que pegó al recibir el impacto que las crueles chicas se soltaran a reírse.

¡Nada de ay!— se burló Rebeca— ¿Qué esperas Alfredo?, ¡ah, pero antes quítate la ropa, anda, desnudito es como quiero verte pero ya y así checamos tu herramienta jajajaja!— concluyó entre risas Rebeca contagiando a sus amigas. Alfredo dudó por escasos segundos en obedecer pero tras otro cintarazo cortesía de Sarahi en menos de un parpadeo ya se encontraba desnudo y esmerándose en lamer desenfrenadamente el bello sexo de Rebeca a pesar de que el olor no era precisamente de lo mas agradable para el chico pues ésta al igual que sus amigas acababa de hacer deporte por lo cual se encontraba mas que sudada pero eso a Rebeca poco le importó y no se detuvo hasta quedar satisfecha y hasta que Alfredo la hizo llegar al orgasmo sin pudor alguno por parte de la chica frente a sus amigas por lo contrario gritando agitadamente cada vez mas a Sarahi que animara a Alfredo con cintarazos cada vez mas fuertes obligando al final al pobre chico a tragarse todo en cuanto a sus fluidos se refiere al mismo tiempo que Sarahi hacía lo suyo propinándole cintarazos a su querido hermanastro; Rebeca se quedó unos instantes sobre el mueble con una cara de lujuria y sensaciones indescriptibles ante las risas de Carmen y Sarahi y con la cara de Alfredo pegada a su sexo pues ella lo sujetaba de los cabellos con sus manos restregándole la cara en su sexo hasta que se le dio la gana lo empujo.

Alfredo se sentía deshecho y no era para menos después de la forma tan humillante en que Rebeca lo había utilizado tan solo como un mero objeto e instrumento para su placer tal y como se lo hizo ver.

¡Bien!— expresó Rebeca aún con la voz agitada— ¡para eso me gustan los imbéciles como tú, para usarlos y desecharlos!— concluyó mirando fijamente con desprecio a Alfredo con toda la intención de humillarlo y de recordarle su miserable situación ante Sarahi, la madre de ésta y ahora ante ellas y el lapso de diversión a costillas del infortunio de Alfredo aún no terminaba para las perversas jovencitas.

¡Chicas!— expresó de repente Carmen señalando a Alfredo y delatándolo para que todas las miradas se centraran en el y en su enorme erección.

¡Vaya con Alfredo!— exclamó divertida Rebeca para añadir— ¡oigan ahora que les lama a ustedes a ver si se excita mas!;

¡Nooo!— se negó Carmen— ¡estoy taaaan sudada!;

¡Y eso que!— le recriminó Rebeca tomando las decisiones por el pobre Alfredo del cual no les interesaba ni su mas mínima opinión en verdad que en ese momento tan solo lo veían tal cual lo estaban utilizando, como un objeto para su placer y cruel diversión.

¡Bueeeeno, está bien!— se decidió al final Carmen y bajándose ella misma pants y bragas se entretuvo también en hacerse de los servicios de Alfredo y por último tocó el turno a Sarahi.

¿Y tú Sarahi?— le preguntó maliciosamente Rebeca.

¡Sí!, ¿Por qué no?— respondió muy decidida y animada Sarahi a lo que de nueva cuenta Alfredo se dio a la tarea de dejar mas que satisfecha a su adorable hermanastra y de tragarse también sus flujos; fue entonces cuando las chicas notaron que Alfredo estaba aún todavía mas superexcitado a punto de reventar con su miembro mas que en posición de guerra implorando a los cuatro vientos que se le permitiera desahogarse.

¡Prohibido acabar Alfredo!— se burló cruelmente Rebeca de el— o te juro que te damos una paliza entre las tres ocupándonos con especial esmero de tu pequeño miembro.

Alfredo no podía mas y encima que Carmen solo para atormentarlo mas le empezó a acariciar el pene con sus suaves manos hasta pasar a masturbarlo a un ritmo endemoniado y cuando Alfredo estaba a punto de eyacular pues así lo delataba su expresión ésta cruelmente le apretaba el pene incluso clavándole las uñas provocándole un intenso dolor y en consecuencia impidiéndole eyacular hasta que se cansaron de reírse y jugar con Alfredo que inexplicablemente pues ni el se lo explicaba ¡como rayos había resistido para no eyacular!;

¿Entonces?— preguntó Carmen risueña a sus amigas para enseguida mirar con cierta ternura y quizás algo de pena al pobre de Alfredo que rápidamente humilló la mirada ante Carmen pues así es como se sentía, humillado ante esas chicas y en ese momento en especial ante Carmen que orgullosa continuaba manteniéndole prisionero su miembro entre sus manos haciendo con el lo que quisiera, apretándoselo, clavándole las uñas menos liberárselo o lo que resultara mejor, permitirle acabar— ¿le permitimos acabar?— reiteró su pregunta Carmen sin dejar de mirar sonriente a Alfredo quien era incapaz de interpretar esa sonrisa si se trataba de una burla mas o quizás de cierta pena hacia todo lo que le habían echo pasar.

¡Veamos!— expresó Rebeca haciéndose la interesante y que era la que llevaba la voz cantante en esto y haciendo a un lado a Carmen continuó en atormentar a Alfredo al dar inicio por su parte de nuevo a las caricias al miembro de Alfredo a diferencia de que ella se lo estaba acariciando con sus pies. Alfredo gemía y temblaba por completo, sabía que no soportaría más; Rebeca se detuvo por un momento a sonreír en complicidad con sus amigas y enseguida solo bastó un ligero contacto de nuevo de Rebeca con sus pies al pene de Alfredo para que éste explotara con una potente descarga de semen sobre los divinos pies de Rebeca ante las carcajadas de las tres chicas.

¡Oh Alfredo que mal aún no te habíamos autorizado acabar!— lo regañó Rebeca burlonamente como si se tratara de estar reprendiendo a un niño pequeño o inclusive a una mascota.

¡Bueno ni hablar!— continuó Rebeca empleando el mismo tono burlón en su voz— ¡ahora te tendremos que castrar jajajaja digo, castigar!;

¡Venga!— intervino Carmen— ¡ésta vez si seríamos muy crueles al castigarlo!, ¿no creen?, después de todo Alfredo se ha portado de maravilla y ha resistido demasiado— concluyó la joven mirando a Alfredo con una leve sonrisa lo que hizo sonrojarse al joven y agradecer con la mirada la intervención de la chica aunque Alfredo pudo ésta vez interpretar esa sonrisa y tristemente se dio cuenta que esa sonrisa era de pena y lástima por parte de Carmen lo cual lo hizo sentirse de nueva cuenta desdichado.

¿Entonces lo premiamos?— preguntó ésta vez interesada Sarahi.

¡Sí!— respondió al instante Carmen.

¡Bueno!— intervino Rebeca— ¡por mayoría te has ganado un premio Alfredo!, ¿Qué te parece?— se dirigió a el con absoluto sarcasmo y burla en sus palabras. Alfredo ni siquiera podía hablar aún continuaba excitado y al mismo tiempo apenado y humillado por la forma en que lo habían tratado y que continuaban tratándolo inclusive Carmen que parecía la mas noble e ingenua de las tres hermosas muchachas.

¡Ya se!— exclamó de pronto entusiasmada la propia Rebeca— como premio Alfredo— hizo una pausa para mirar divertida a sus amigas y de nueva cuenta mirar fijamente al chico y decirle entre risas— ¡te permito que me beses los pies, anda, puedes besarlos y lamerlos todo el tiempo que tu quieras!— concluyó carcajeándose en compañía de sus amigas al momento que levantaba sus pies dejándolos cerquísima de la cara de Alfredo quién se quería morir al observar con asco los bellos pies de Rebeca, sí, bellos pies de Rebeca pero cubiertos por su propio semen.

Carmen y Sarahi no paraban de reír al tiempo que Alfredo sin opciones rompía a llorar y entre llantos intentó suplicar a Sarahi, implorarle tantita consideración pero al llevarse como respuesta una humillante bofetada por parte de Carmen que al parecer se había olvidado de compadecerlo y contemplar una cruel sonrisa en el rostro de Sarahi quien ya amenazaba con otra bofetada y con el cinturón, el chico actuando inteligentemente al menos para no llevarse mas golpes sintiendo asco y nauseas comenzó a lamer su propio semen de los pies de Rebeca ante las burlas y risas de éstas en especial de la propia Rebeca que en verdad que era cruel y perversa tanto como lo era de hermosa.

¡Mmmmm, rico!, ¿verdad?— se burlaba Rebeca sin ninguna consideración, sin pena alguna del pobre chico para que después de esto para fortuna de Alfredo las chicas se cambiaron de ropa y se marcharon no sin antes prometerle al joven muchas visitas mas ante la sonrisa de satisfacción de Sarahi.

Sarahi se encontraba vestida mucho más cómoda con una cortísima falda negra y unas sandalias cafés de andar por casa completando su atuendo una blusa azul con un ángel estampado al centro y después de despedir a sus amigas se dirigió mas que divertida a buscar a Alfredo pues su madre todavía no llegaba y lo encontró llorando tristemente en su cuarto a lo que la cruel chica a pesar de sentir una ligera pena por el prefirió continuar jugando con la situación en lugar de compadecerlo y expresarle su pensar.

Sarahi tomo impulso para aventarse a la cama y quedar recostada encima de Alfredo y abrazándolo y besándolo tiernamente en las mejillas y cuello se expresó hacia el melosa— ¡oh Alfredo no llores que me partes el corazón, venga venga ya pasó!— el chico tan solo se limitó a evadirle la mirada a Sarahi al captar claramente la burla y la ironía reflejada en sus palabras y en la bella sonrisa que se había dibujado en su rostro así como a hacerse sordo ante lo que Sarahi continuaba expresándole con malicia— ¡apuesto que unas veces mas y te acaba por gustar, ya verás como tu mismo sin pedirme permiso acabas por disfrutar del sabor de tu semen jajajaja!— concluyó burlándose del chico con una expresión de asco en su rostro al pensar en sus propias ocurrencias que le había dicho con la única intención de humillarlo y al no haber reacción alguna en Alfredo Sarahi se impacientó— ¡bueno ya!, ¿Qué se le va a hacer?, ¡anda, vamos a mi habitación querido hermanastro!— concluyó Sarahi mirando con lástima al chico al momento que le sonreía y juguetona le pellizcaba las mejillas terminando de dejar aturdido y en shock a Alfredo en cuanto sin previo aviso le plantó un tierno beso en los labios, fue un beso fugaz pero al mismo tiempo profundo con el cual terminó de desarmar por completo al joven si no es que ya lo estaba; Alfredo entre lágrimas la siguió como un cordero al matadero ¿ya que le quedaba?, si hablaba con su padre seguro que acababa por creerle a Yolanda y a Sarahi y su situación incluso podría empeorar aún mas pero por si acaso no estaba resignado por completo el beso de Sarahi en sus labios terminó el trabajo satisfactoriamente no solo convenciéndolo sino enterrando por completo cualquier intento de resistencia ante el mas mínimo y cruel capricho de la chica y es que Sarahi sabía tejer muy bien sus redes y el beso y la sonrisa que le plantó a Alfredo no pudo hacerlo en mejor momento confundiéndolo todavía mas y clavándole la vaga esperanza al chico que así como Sarahi lo había hundido en tan penosa situación solo ella podría salvarlo, claro está, solo si ella quería pero con esa duda Alfredo soñaría todos los días con tal de que se hiciera realidad.

Sarahi entro silbando alegremente a su habitación ignorando por completo que detrás de ella Alfredo la seguía gateando hasta que se dio la vuelta para contemplarlo riendo y tomándose su tiempo para al final decirle cruelmente— ¡anda, échate como el perro que eres debajo del escritorio que voy a estar trabajando en la computadora y mientras lo hago quiero descansar mis pies en tu linda carita y así aprovechas para lamérmelos y besármelos porque ya sabes que me encanta sentir tu lengua acariciándome los pies!;

Alfredo incapaz de contener su llanto obedeció y Sarahi estuvo más que entretenida en la computadora mientras descansaba cómodamente los pies apoyándolos en la cara de Alfredo y éste se encargaba de lamerle las plantas; por ratos Sarahi lo miraba risueña y lo atormentaba aún mas dejándole apoyado un pie en la cara y con el otro le acariciaba el pene suavemente hasta ir subiendo el ritmo y terminar pisándoselo con suma crueldad mientras contemplaba con placer como el pobre chico se quejaba y se retorcía de dolor así hasta que su madre llegó; enseguida bajó al comedor y para ello le enganchó a Alfredo al cuello una cadena para perros y como tal lo llevó así como se lleva a un animal hasta la presencia de su madre no sin antes hacer que llevara colgando entre sus dientes las sandalias de su madre.

Alfredo tristemente besó con humildad los zapatos de Yolanda que ésta vez lucía unas elegantes zapatillas negras y que acomodada en el mueble se deleitó al observar como el infeliz de su hijastro le lamía el polvo de sus zapatos hasta dejarlos relucientes y hasta que ella así se lo autorizó Alfredo la descalzó continuando con el humillante ritual de levantarle los pies y enterrar prácticamente su cara en las plantas de Yolanda para oler y respirar profundamente hasta embriagarse de la esencia que le pudieran proporcionar aquellos pies sudados, todo ante la cruel sonrisa de satisfacción tanto por parte de Yolanda como de Sarahi; así hasta que Yolanda le ordenó que le calzara las sandalias de andar por casa y se dispusieron madre e hija a almorzar.

Ésta vez Sarahi invitó gentilmente a Alfredo a permanecer acomodado debajo de la mesa de manera que le permitiera a ella continuar descansando sus pies sobre su cara mientras su madre hacía lo propio apoyándolos sobre su cuerpo y ¡claro!, al terminar de almorzar madre e hija intercambiaron sonrisas y tras escupir ambas sobre sus sobras se las dieron de comer a Alfredo y como se trataba de sopa no contenta Yolanda metió los pies en el plato ante las carcajadas de Sarahi a lo que Alfredo tuvo que lamer y comer prácticamente de los pies de su madrastra hasta dejarlos impecables sin un solo rastro de sopa tanto en sus pies como en el plato.

Así transcurría el tiempo y la vida de Alfredo con su nueva familia que no parecía mejorar para gracias al cielo tampoco empeorar pero entonces ocurrió algo inesperado para el y en especial para la propia Sarahi algo que le cambiaría la vida para siempre a la bella Sarahi y en consecuencia a Alfredo y en consecuencia también a Yolanda y a Oscar.


Continuará…………………..

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