lunes, 3 de octubre de 2011

El Metro 2

El Amo sale del tren con su sumisa a cuatro patas y con correa.  20 metros más adelante se le acercan los de seguridad del Metro y un poco más allá llegan dos policías. 
 
Policías: Caballero, ¿es usted consciente de que lo que acabáis de hacer es un delito? Habéis tenido sexo en público y encima con trato vejatorio hacia esta señorita que sigue a cuatro patas como cuando salió del Metro.
 
El Amo: Señores, yo sólo he utilizado algo que es mío…pero si ustedes lo consideran oportuno llevarnos a la comisaría.
 
Policías: Por supuesto, está usted detenido, tiene derecho a permanecer callado, todo lo que diga puede ser usado en su contra en un juzgado.
 
Al Amo le ponen las esposas y a la perra le ayudan a incorporarse y también le ponen las esposas. El agente de seguridad del metro llama por radio al conductor del tren, le pregunta  cual es su próxima estación y  le ordena que pare sin abrir las puertas en esa.  Los policías se llevan al Amo y la sumisa  a la comisaría y los de seguridad van a buscar a la otra sumisa.  Cuando ya salen los policías de la estación con ellos, el policía 1 lleva a la sumisa y comienza a tocarle los pechos.  “eres muy putita no? Te gusta follar en lugares públicos no? Seguro te gustará follar policías perrilla…le susurró al oído el policía.  El policía 2 toma la radio y llama al agente de seguridad que iba a buscar a la otra perra.  “Sácala de ahí y haz con ella lo que quieras, yo la recojo en tu casa mañana por la mañana, esa perra va a aprender que no se pueden tener 5 Amos al mismo tiempo y no pagar por ello. El policía 2 le debía un par de favores al guardia de seguridad y planearon toda esta trama para cobrar la cuota, devolverle los favores y darle un escarmiento  a las dos perras.
 
El Amo se gira hacia el policía 2 mientras pone las manos hacia adelante para que le quite las esposas y le dice, “con esto pago el chantaje de este mes no?”.  Si querido amigo, este mes has cubierto la cuota, bueno, habrá que llegar a la comisaría y ver si esa putita que has traído da la talla.  La sumisa, que oyó lo que decían, se le abrieron los ojos como platos.  Ella pensaba que estaba siendo castigada por masturbarse y correrse sin permiso del Amo pero esto que ha escuchado no tenía nada que ver. El policía 1 sigue magreandola y toqueteándola por todas partes y ella siente que se está poniendo cachonda, no hay duda alguna de que siempre está en celo.
 
Lo que no sabía la sumisa es que el Amo pagaba todos los meses una cuota por protección del puticlub que tenía y que ella sólo había sido la moneda de cambio para pagar la cuota del mes.  Subieron al coche del Amo y los dos policías se sentaron en el asiento de atrás con la perra.  El policía 2 sin preguntarle ni nada le metió dos dedos por el coño hasta el final.  “agggghhhh!” chilló la perra, a lo que el policía 1 le dio una bofetada, “cállate perra!!!” El policía dos sacó los dedos de dentro de la perra, “uhmmmmm, mira lo empapada que está esta puta, promete promete…” Ella estaba aterrada, no sabía lo que le esperaba. 
 
Llegaron a la comisaría donde esperaban uno diez policías más los dos que acababan de entrar.  En cuanto vieron a la perra entrar aquello se volvió una jauría…todos los perros podían percibir el olor a perra en celo que manaba de ella.  Con las esposas puestas la doblaron boca abajo sobre un escritorio y comenzó el cruce.  Todos y cada uno se la follaron por todos los agujeros  hasta dejarla exhausta. Cuatro horas más tarde el Amo saca a la perra de ahí en brazos, la lleva al coche, la pone en el asiento de atrás delicadamente, “descansa princesa, y recuerda que yo siempre te voy a dar lo que quieras.  Querías masturbarte y correrte sin mi permiso, pues esta noche me has tenido a mi primero y luego a doce tíos más…espero que estés satisfecha y nunca más hagas cosas a escondidas”
 
Se la llevó a casa y por  unas horas ella dejó de ser la perra y se convirtió en su princesa…

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