martes, 15 de mayo de 2012

Putita

Quiero compartir con ustedes el momento de mi vida en el cual decidí lo que quería ser.
Mi nombre es Walter y soy único hijo, mi adolescencia fue muy traumática, siempre con una gran lucha, mi cara exterior quería ser hombre, ante la sociedad siempre andaba jugando con los chicos, me gustaba el fútbol y practicar deportes varios, también tuve un par de noviecitas con las cuales no progresé demasiado.
Pero bien, mi cara interna era diferenta, muy dentro mío se encendían alarmas que no me dejaban tranquilo, no se…. Después de hacer cualquier deporte, cuando íbamos al vestuario a ducharnos no podía evitar mirarle las pijas a todos mis compañeros. Cuando me masturbaba en soledad mis fantasías recurrían a encuentros homosexuales y cuando mis viejos no estaban en casa disfrutaba vestirme de mujer, me ponía las tanguitas de mi vieja y algún portaligas que encontraba bien escondido luego de hurguetear un rato, tomabas sus pinturas y me pintarrajeaba todo. Es mas, siempre terminaba metiendo algo en mi ano para masturbarme, alguna zanahoria, algún desodorante, siempre había algo. Pensaba en lo lindo que hubiera sido tener concha, lástima no poder elegir…

Así fue que los 18 años me sorprendieron aun virgen, aún sin decidir que es lo que me gustaba. En esa época había empezado a cursar la facultad y ahí conocí a Mariano, lo apodaban ‘manguera’ se imaginarán por que, bueno, yo también lo imaginé en ese momento, era alto, cabello castaño y ojos marrones, una cara muy masculina, tenía un cuerpo muy trabajado, usaba unas remeras muy ajustadas que marcaban unos hermosos pectorales, y mostraba unos bíceps prominentes. Yo me sentía profundamente atraído por el, así que discretamente fui entablando una relación, tenía cuatro años mas que yo y comencé a acompañarlo a donde pudiera, partidos de futbol, reuniones, estudiaba con el… que se yo, creo que el adivinó mis intenciones desde el primer día, me dejó hacer, nunca dijo nada.

Una tarde me invitó a jugar al paddle, obviamente que accedí, cuando jugábamos estaba tan concentrado en ver su figura que me ganó por afano. Fuimos a ducharnos, apenas entramos al vestuario Mariano me interpeló: - Loco, vos estás caliente conmigo, no? decime la verdad…. Me sonrojé y miré al piso, - está bien amigo, no hay problema…
No dijo mas nada y comenzó a desnudarse, yo me quedé inmóvil, miré su hermoso pecho, peludo, sentía mi corazón latir mas fuerte, a punto se salirse del cuerpo, disimuladamente y tratando que no se de cuenta miraba su paquete, esperando que se saque el calzoncillo. El como si nada lo bajó y dejó su intimidad al descubierto, que pija enorme, gruesa, deliciosa, se me hizo agua la boca, toda peluda, bien macha, el solo ver provocó una erección en mi.
Tomó shampoo, jabón y el toallón y se fue a un cubicle a ducharse, abrió el agua de la ducha, corrió la cortina y ya no lo vi mas. Resignado me desnudé también y me metí a la ducha contigua. Estuve unos diez minutos con los ojos cerrados, el agua tibia pegaba en mi cara mientras trataba de acomodar mis ideas, no podía secarme esa verga de mi mente.
La voz de Mariano me trajo a la realidad nuevamente:
Walter, Walter, me escuchas?
Si…., si, que pasa?
No hay nadie no?
No, no, por…
Vos sabés… tengo un problema….
Qué te pasa?
Asomate, mirá…

Me asomé y entendí, tenía la pija erguida, gigante!

Dale, vení!

Sin dudar me cambié junto a el, me tomó de los hombros y me hizo bajar, no podía creer el monumento que tenía ante mis ojos!!! – desde ahora serás mi putita
Mientras miraba su verga incrédulo me dijo:

Suficiente putita? 27 x 7, pura carne de primera calidad…

La tomé primero con una mano rodeando su cuerpo marcado por gruesas venas, era tan gruesa que al rodearla no alcanzaba a cerrar mi mano sobre ella, agregué la segunda mano, aun quedaba tronco libre y su cabezota brillante.

Dale putita, que esperás? No es lo que querías? dale, comela toda…

No hizo falta mas, abrí la boca todo lo que pude y me la comí de un bocado, era terrible, era tan grande que se me dificultaba saborearla, las gotas de las lluvia nos seguían mojando, saqué las manos y lo tomé de la cadera una a cado lado y usé solo mi boca y mi lengua, me dediqué a lamerla toda golosamente, sus tronco, su cabeza, la dejaba escapar y luego la cazaba nuevamente, me encantaba, hasta que el se cansó del jugueteo, me la metió en la boca, con una mano tomó mi cabeza desde atrás y la empujaba contra el, la sentí muy adentro, en mi garganta, hasta darme arcadas, pero no me importaba, si podía me la comía hasta el estómago, con la otra tomó el pedazo de tronco que le quedaba libre y comenzó a masturbarse. Me acomodé bien, me aseguré, puse mi lengua por debajo y lo acompañé rítmicamente, adentro, afuera, adentro afuera, adentro afuera, estaba muy excitado, a esta altura me estaba masturbando, busqué el ritmo para gozar el máximo, quería que me acabe al mismo tiempo que yo acabara.
Y lo conseguí, lo noté arquearse y contraerse, cerró los ojos y exclamaba – dale putita! dale putita!. Con tanta carne en la boca solo pude exclamar un mmm! mmm! mmm! A medida que iba saltando mi leche, estaba alucinado, y antes de terminar llegó el esperma caliente de mi amigo, apreté mas los labios para darle el máximo placer, rápidamente mi boca se llenó del jugo delicioso, tragaba y tragaba pero me desbordaba, el me sacó la pija de la boca y su leche siguió saltando un buen rato, se pajeaba, contenía y saltaba, una, dos tres veces, me llenó la cara, los ojos, la nariz el pelo…

Pasado el momento nos cambiamos en silencio, y nos fuimos sin decir mucho mas, sin comentarios de lo sucedido. Esa noche no podía conciliar el sueño, aún sentía el sabor de su leche en mi boca, me masturbé para tranquilizarme y poder dormirme.

El día siguiente en la Facu todo fue normal, nuestra relación fue como siempre hasta que dijo con un guiño de ojo – venite esta tarde a casa, así estudiamos un poco y siguió como si nada…. Me saltó el corazón de golpe

Estaba tan excitado que llegué a su casa mas de una hora antes de lo acordado. toqué timbre, nada, insistí, nada, insistí mas, nervioso y desesperado. – Pasá! escuché –está abierto. Entré presuroso al comedor, - ahí voy gritó desde la pieza – estaba durmiendo.
En unos minutos apareció como un mono, desperezándose y arrascándose la cabeza, solo tenía un slip ajustadísimo celeste, y estaba envergado, no pude sacar la mirada de ahí, parecía una serpiente escondida…
No aguanté y dejando los libros sobre la mesa dije:
Puedo?
Puedo qué?
Si puedo chupártela de nuevo
Ja! ja! te gustó?
Me encantó! dale, me dejas?
No putita, hoy no vas a chupar nada, no te invité para eso, desnudate que ya vuelvo

Se fue para la cocina, desnudate? dijo desnudate?, le hice caso, mi pija ya estaba dura. Apareció nuevamente rascándose el culo y con un pan de manteca en la otra mano y dijo
Agachate, dame los cantos
Qué? No pensarás meterme esa pija en el culo, ni se te ocurra…
Callate!!! Que sabes putita

Al tiempo que decía esto me obligaba a inclinarme, me excitaba de solo pensar que me iban a desvirgar la cola, lentamente fue poniendo manteca en mi agujero, estaba fría al principio, luego se ajustaba a mi temperatura, así fue poniendo mas y mas, jugó con un dedo, luego dos, luego tres, los sentía dentro de mi culo. Cuando me tuvo listo agarró oto poco de manteca y untó su mástil, yo lo miraba goloso no terminaba mas….
Todo lubricado se sentó y me dijo – vení, sentate arriba mío y maneja el ritmo hasta que te acostumbres, me acomodé dándole la espalda, apoyé mis brazos rígidos en sus muslos y me fui dejando caer, el la mantenía erguida y yo fui aproximando lentamente mi esfínter hasta llagar a ella. A continuación tuve un trabajo terrible, aspiraba fuerte, contenía la respiración y bajaba un haciendo fuerza, apenas entraba un poquito mi esfínter dolía mucho, aflojaba para que se relaje y volvía a probar, una y otra vez, era difícil dilatar tanto. Lentamente se iba acomodando, milímetro a milímetro fue cediendo con mucho dolor. Todo terminó de repente, Mariano se cansó de esperar, cuando yo estaba aflojando, el con sus dos brazos les pegó a los míos hacia fuera sacando mis apoyos, con lo que perdía el equilibrio y caí ensartándome hasta el fondo
Aaaaaayyyyyy! … que dolor, hijo de puta!!!! sacala!, sacala! que me duele…
Ya está putita, ya entró toda… decía haciendo tiempo con la pija en mi culo

Me mantuvo y no me dejo salir, hasta que mi ano se acostumbró al intruso. Me relajé y lentamente empecé a subir y bajar hasta acostumbrarme, lentamente, muy lentamente, me dolía demasiado pero me encantaba. Así estuve un buen rato, respiraba profundo y llevaba el ritmo, me masturbaba disfrutando esa pija en mi culo, dale y dale….
Mariano se cansó de esta posición, me hizo salir y me hizo poner en cuatro patas, - abrite bien putita, me dijo mientras me acomodaba en el piso. No tardo en venir, recibí toda su carne en el orto, todo lo que podía soportar… y empezó a darme a toda velocidad, yo gritaba de placer como una verdadera puta, me estaba matando, me rompía el orto sin piedad, por ahí la sacaba toda y la metía de golpe, la sacaba toda y la metía y así seguía.

De pronto paró, - me estoy por acabar dijo, - vamos a la cama….
Lo seguí, el culo me dolía terriblemente…. Me hizo acostar y me puso la almohada bajo la cola, me levantó las piernas mientras yo apuntaba el miembro en mi agujero y me lo enterró todo otra vez, me hizo gritar de nuevo, yo gemía mas y mas, mientras el me bombeaba yo me masturbaba con una mano, mientras que con la otra había agarrado la mitad de su pija que no entraba en mi culo y lo masturbaba a el….
Me acabo putita…
Yo le gané nuevamente, mi pija empezó a largar leche, lo sentía hermoso, las contracciones de mi orgasmo hacían justamente, que mi esfínter dilatado se contraiga rítmicamente sobre su pija que seguía entrando y saliendo, mi leche saltó como nunca lo había hecho antes, mi pecho recibía mi propio líquido mientras yo gritaba sin pausa.
Otra vez unos segundos mas tarde, su pija se puso mas dura y mas dura, me concentré en masturbarlo con ritmo, asegurándome de tirar bien atrás su piel, para que su cabeza estuviera desnuda en mi interior. Miré su cara cuando explotaba, su semen entraba en mi ano que hermoso! mas y mas… sacó su pija y terminó lo que faltaba sobre mi, como acababa! Tiró su leche en mis bolas , en mi pija, en mi ser…. Cuando terminó apoyó su verga contra la mía y jugó un rato…
- Te gustó putita?
- Me encantó!! quise besarlo en la boca pero me separó
- No te confundas… solo sexo…
No me importó, me agaché y le chupé la pija un buen rato, había manteca, leche, sabor a mi, mientras mis dedos jugaban con el terrible crater que me había dejado mi amigo…

Bueno, así decidí de que lado quería jugar, hoy con 60 años muchos hombres pasaron por mi cama, perdí la cuenta, pero créanme, nunca mas disfruté una pija como la de Mariano.

Enlace directo

No hay comentarios:

Publicar un comentario