lunes, 28 de mayo de 2012

Mi vecina la perversa

Era un tipo normal, un trabajo normal, una vida normal. Tenía cuarenta años, hacía veinte que estaba en pareja, todos los días la misma rutina, ambos salimos a trabajar, estábamos todo el día afuera y al caer la tarde volvíamos a encontrarnos. Compartíamos unas horas y a dormir para comenzar nuevamente. Nuestras pagas no eran muy buenas así que con lo justo podíamos vivir el día a día. Romina (mi pareja) siempre fue muy buena mina y nunca me dio quejas, sexo de vez en cuando, bastante bueno, no se metía a discutir si uno no la buscaba, en fin, mujer bastante normal. Así vivimos en un modesto departamento de propiedad horizontal, en un segundo pido, humilde pero nuestro, nada de lujos, así se me estaba yendo la vida, estancado, sin avanzar, ciertamente deprimente.

Algo cambió desde el día en que ella llegó al edificio, el departamento que estaba pegado al nuestro que estaba en venta hacía algún tiempo, y no tardamos mucho en conocer a nuestra nueva vecina…
De casualidad también se llamaba Romina, cuando llegó fuimos los primeros en recibirla y con los que entabló diálogo, nos enteramos que sus padres vivían en el campo, en las afueras de la ciudad y le habían comprado el lugar para que ella llevara adelante sus estudios. Mientras mi señora y ella intercambiaban algunas palabras yo la observé disimuladamente, dijo que tenía un poco más de veinte años pero por su estructura y carita angelical yo le hubiera dado solo unos quince. Parecía tímida al momento de hablar, casi no te miraba pero si lo hacía te penetraba con la vista, parecía una chica de fuerte carácter, petisa, 1,55 mts., ó 1,60 como mucho… delgadita, flaquita parecía no tener tetitas, cabello castaño de corte desprolijo, asimétrico, larguito hasta los hombros, castaño con unos mechones teñidos de rubio. Ojos marrones, naricita respingada y boquita diminuta.
La ropa tampoco acompañaba mucho, una remera floja y unos jeans gigantes, con tiradores, parecía bailar ahí dentro. No era nada especial, pero para mi tenía un no se que…

Los días siguientes confirmaron su perfil, siempre desalineada, con ropa insulsa que no le marcaba una mísera línea femenina. Solíamos verla acompañada de una amiga de rasgos orientales, tan insípida y despreocupada como ella, también delgada, un poco mas alta, después no notábamos la presencia de muchos amigos mas.

La buena relación no duró mucho tiempo, al principio tratamos de sobrellevarlo pero a poco se fue transformando en un problema, especialmente para mi esposa que era menos tolerante que yo.
Los ruidos en su departamento fueron la causa de los problemas, encima la construcción precaria a no ayudaba, las finas paredes dejaban pasar todo el sonido, además un departamento era espejo del otro y justo los dormitorios estaban pegados.
Era un cóctel de ruidos, hasta altas horas de la madrugada, la música se mezclaba con sus gritos en la cama, parecía una gata en celo, el crujir del elástico de la cama y el constante golpetear del espaldar contra la pared… día tras día la situación se repetía y nos provocaba a nosotros, por un lado el enojo ya que al día siguiente debíamos levantarnos temprano para ir a trabajar y por otro la excitación de sus gritos nos calentaba a nosotros de tal forma que terminábamos haciendo el amor.

Muchas veces hablamos con ella, con Romina siempre terminaba a los gritos pero conmigo hablaba dulce, con una sonrisa y al final me convencía, me intrigaba lo que hacía, con quien? con su amiga? comentaban que era lesbiana pero yo juraba escuchar voces masculinas mas de una vez….

Recuerdo ese momento en que cambiaría mi vida para siempre, por un problema de la empresa ese día me quedé solo en casa ya que Romina si acudió a sus obligaciones. Luego del almuerzo comenzó la música fuerte, molesta, luego de unas horas se hizo insoportable, al notar que se acercaban las 17 hs., hora en la que mi esposa llegaría y estallaría la guerra, fui a su departamento a pedirle que aflojara un poco. Golpee la puerta, inmediatamente bajó la música y me atendió, estaba descalza con un pijama celeste y blanco a rayitas, tipo pantalón y camisa, amplio como siempre. Me miró raro, de una manera diferente, y sucedió lo siguiente:
- Disculpame, podrías bajar la música?, ya sabés, está por llegar Romina… y va a ser peor….
- Sabés que me parece? Que vos no te la aguantás viejito….
- Qué no me aguanto que?
- No te aguantás una buena cogida….

Sus palabras retumbaron por mi cabeza, no me lo esperaba, que me avance así, quedé paralizado y ella sin darme tiempo a decidir me agarró de la remera y me tiró hacia adentro, cerró la puerta y prosiguió:

- Vení, tomemos unas copas…

La seguí al comedor y ahí esperaba su amiga oriental, nos saludamos, estaba confundido, me dieron una cerveza y ellas saborearon una limonada, es lo último que recuerdo….

Abrí los ojos confundido, somnoliento, estaba desnudo, en la cama, traté de incorporarme pero estaba débil, no tenía control de mi cuerpo, evidentemente algo me habían puesto en la bebida, lentamente recobraba mis facultades, escuché música leve que atravesaba la pared, miré por la ventana y ya había oscurecido, evidentemente mi esposa ya estaba en casa, nuevamente traté de levantarme y ahí descubrí que mis manos estaban esposadas al gran espaldar de caños de la cama, la misma que yo sentía crujir y golpear todas las noches…
En eso sentí unos tacones que se acercaban repiqueteando en el piso, era la china, la llamó así porque nunca supe su nombre y así la llamaba Romina también, tenía un conjunto erótico de sirvienta, en negro y blanco, unas medias de nylon con portaligas un bombachudo blanco se escapaba bajo una diminuta pollerita negra y tableada, arriba era una combinación rara de tal forma que sus diminutos pechos quedaban al descubierto, una cofia y un delantal blancos completaban el atuendo.

- Hola, me dijo, estás mejor? Mientras me acariciaba el pelo… yo estaba intrigado y a la expectativa, - ahora llamo a la ‘ama’ y se fue de mi lado. Pasaron unos instantes y luego regresaron las dos, Romina estaba enfundada en un ajustadísimo traje negro de látex que la cubría completa, súper delgada, se marcaba una linda colita, parecía no tener tetas, sus costillas se marcaban en demasía. Se acercó, levantó una pierna y me pisó el abdomen, el finísimo taco de su bota se clavó y lo removió hasta sacarme un grito, - te gusta? preguntó notablemente excitada.
Entre ambas tomaron una soga que ya tenían preparada con un lazo, le pasaron por mi pie y me ajustaron el tobillo, luego me levantaron la pierna hacia atrás y la sujetaron también al espaldar de la cama.
-Hey! Que están haciendo? protesté, traté de resistirme pero aún no tenía la fuerza suficiente, ellas se apresuraron y repitieron la operación con la otra pierna dejándome indefenso, atado de pies y manos, colita para arriba.

En un rato entendí la situación, Romina daba órdenes y la china aceptaba sumisa, yo era su ‘conejito de indias’. La china trajo una caja y las dejó en el piso al borde de la cama, no sabía que pensaban estas dos locas… tras un pedido de ‘la ama’, ‘la esclava’ tomó una vela y la encendió, se acercó a mi, sobre mi pecho, dejó caer una gota de cera caliente, no podía hacer nada para impedirlo, quemaba, lo toleré pero quemaba, así siguió, gota tras gotas ambas disfrutaban de mi sufrimiento, no podía evitar largar algún quejido, no me olvidaba que mi esposa estaba muy cerca, además, mientras una se divertía con esto, la otra se dedicó a ‘pasar’ sus uñas afiladas por mi piel, rápidamente mi pecho se fue llenando de cera y profundos rayones que se enrojecían casi hasta sangrar, sentía una rara impotencia y un raro placer al mismo tiempo, no se por qué pero admito que me gustaba…

Cuando se cansaron, la china me llenó la pija, las bolas y el culo de crema de afeitar bajo la atenta mirada de su ama, luego lentamente me fue rasurando, mi miembro estaba rígido, pasó y pasó hasta asegurarse que no quedara nada, todo bien lisito. Cuando terminó me limpió bien y comenzaron a comerme, la china tomó mi sable, los saboreó un rato con ternura hasta que Romina tomó su cabeza y la empujo hacía abajo, obligándola a tragárselo todo, aclaro que mi pija es bastante gruesa y mide casi veinte centímetros, por lo que ella se separó de golpe luego de una arcada, se quejó que ‘no podía’ pero Romina daba órdenes y había que cumplirlas, le dio una terrible cachetada en la cara, la tomó de los pelos y nuevamente se la hizo tragar de la misma forma, bien abajo, la china se resistía pero no había alternativa, así disfruté como loco con toda mi carne en su boca, ella apenas si respiraba, arcada tras arcada, las lágrimas caían de sus ojos y su boca chorreaba saliva.

Luego de cinco minutos la separó y le dijo ‘te voy a enseñar como se hace’ y sin decir mas Romina empezó a devorarla, como lo hacía esa pendeja!! Recorría mi pija con maestría una y otra vez, mientras la china me chupaba los testículos por un rato, luego su lengua se deslizó mas abajo hasta mi ano, me abrió las nalgas y empezó a chupármelo y acariciármelo, me gustaba, nunca nadie me había hecho algo semejante, me atacaban ambos lados al mismo tiempo. La china siguió adelante y de repente percibí un dedito suyo dentro mío, luego dos y luego sentí que me lubricaba mas con algún producto que me hizo incomodar. Romina paró de repente y se acercó a su compañera, pude ver que le sacaba el bombachudo feo que tenía y mi sorpresa fue terrible cuando le levantó la pollerita tableada y descubrió un arnés con un gran consolador, tan grande como mi pija…

Me puse nervioso, empecé a sacudirme en vano, estaba bien atado, una volvió a comerse mi verga como antes y la china se acomodó poniendo la punta esa en la entrada de mi ano, no podía evitarlo, no había forma, apreté los puños y fui sintiendo su presión, un poco, otro poco, otro poquito mas, gemí, mi esfínter me dolía, lo sentía dilatarse poco a poco, no quería, no…. le rogué que se detuvieran, que tuvieran piedad, era inútil, estaban decididas, y así fue que de repente, cuando pasó la cabeza todo el miembro se introdujo… me dejaron tomar un poco de aire y empezó el ataque nuevamente, una me rompía mi culo virgen y la otra se comía toda mi pija hasta el fondo, no podía evitar gritar, la imagen de mi esposa escuchando me perturbaba, tenía sensaciones encontradas, por un lado si hubiera podido las hubiera asesinado, por otro me encantaban esas dos pendejas putas, estaba al palo, sentía que mi verga iba a estallar en cualquier momento pero Romina dio la orden de detenerse, mi verga latía, casi no podía contenerme, le leche estaba ahí nomás…

Tomó a la china, le sacó el arnés y la puso en cuatro patas a mi lado, colita para arriba y empezó a darle cachetadas una tras otra en los glúteos, fuerte, muy fuerte, la increpaba por ‘nena mala por violar a mi vecino’, la chinita se quejaba de los azotes y la otra mas fuerte le pegaba recriminándole por los quejidos, - ahora la vas a pagar! Le gritaba, yo escuchaba atónito, están re locas pensé, no salía de mi asombro….
Romina me pidió ayuda ‘para castigarla’ al tiempo que me soltaba de mi ataduras y cadenas, sin que se resistiera le puso las esposas a su compañera, y volvió a darle una cachetada tras otra hasta dejarle todo el culo colorado por los golpes y yo me preparaba para cogerla, al menos es lo que yo pensaba… sin embargo ella me chupó la pija nuevamente, pero me la escupió toda llenándomela de saliva, - dejá que te guíe me dijo mientras me tomaba el miembro y me acercaba a su compañera…

Cuando estaba cerquita me ordenó que la sodomice, que locura! no me animé a desafiarla, así que de golpe se la metí toda en el culo y empecé a dársela, la china gritaba como loca, exageradamente, no era para tanto! Creo que era parte de todo el juego. Mi vecina seguía al mando, cada tanto la sacaba de ahí y me la chupaba toda, se la comía hasta la garganta, su boca era majestuosa, llegaba hasta la base de mi tronco y aun sacaba la lengua buscando mis testículos. Así estuvimos un buen rato alternando entre el culo de una y la boca de la otra, los gritos y las ordenes me estaban volviendo loco, había entrado en la paranoia de ellas, en mi vida había imaginado algo así!!! les avisé que me acababa, que no aguantaba mas…. ella tomo mi pija con su mano, fuera del culo de su amiga y me masturbo dulcemente, con movimientos cortitos bien atrás, sacaba la lengua muy cerquita de mi cabeza, miraba el esfínter de la china todo abierto, todo dilatado, no pude mas… entre mis gritos varias andanadas salieron dándole a todo a su paso, su cara, su boca, su lengua, el culo de la otra, su ano, sus labios….

Cuando salió hasta la última gota, por última vez llevó mi verga hacia el culo de su amiga y luego hacia su boca…. Me relajé mientras una le chupaba el culo a la otra buscando la profundidad del esfínter, y limpiaba con su lengua todo el esperma derramado. La soltó y comenzaron a besarse profundamente, se revolcaron y rodaron hasta el piso, se entregaron tanto una a la otra que en breve tiempo me hicieron entender que ahora yo era solo una pieza decorativa en la escena….
Cuando me abstraje de toda esa locura y volví en mi, me di cuenta el estado deplorable en que estaba, lleno de cera, con toda la piel rasgada por sus uñas, todo depilado y encima era de noche….

Mi Romina notó todo esto, no pude explicarle y terminé por confesar parte de la historia, pero no le conté que la causante había sido la vecinita….
En un mes más de continuas discusiones poníamos un freno a nuestro matrimonio y abandonaba el hogar, Romina ya no me soportaba, todo por culpa de ese nefasto día….

Pasaron dos meses mas, no sabía nada de mi ex y se me ocurrió visitarla, a ver que pasaba y que reacción tenía.
Compré unos bombones, los que a ella le gustaban y un buen vino espumante, que a mi me gustaba, aún tenía las llaves así que decidí caer de sorpresa. Llegué a la nochecita, subí presuroso por las escaleras, mi corazón parecía saltar de mi pecho, como la primera vez. Cuando estuve pegado a la puerta e iba a entrar radiante, algo me contuvo, los tremendos ruidos que venían de adentro… me angustié muchísimo, tan rápido había encontrado un macho para reemplazarme? Pensé en retirarme pero la intriga pudo más. Sigilosamente, sin hacer ruido abrí la puerta y entré en puntas de pie, los gemidos venían del dormitorio, en el piso del comedor había ropa tirada, al verla tuve una ligera sospecha. Me acerqué a la pieza y lo confirmé con mis propios ojos… mi ex Romina estaba en cuatro patas, cada mano encadenada a la parrilla de la cama, una a cada lado, una soga peligrosamente anudada a su cuello la mantenía sujeta contra el espaldar de la cama, atrás, mi ex vecina Romina, esa flaquita pervertida, la estaba cogiendo con una pija enorme mientras le pellizcaba los glúteos…

Estaban tan en su mundo que no advirtieron mi presencia, como vine me fui, nunca mas supe de ellas….


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