sábado, 21 de abril de 2012

La confesión de Andrea

Andrea es una mujer de 35 años que desde hace un tiempo visito como amiga, en su departamento, pero ojo como amiga, lo que si nos contamos en nuestros encuentros muchas intimidades que quizás siendo amantes no nos contaríamos pero claro yo con casi 30 años mas de edad no se si le hago entibiar el termometro para entablar una relación aunque........ Dias atras en una de esas charlas me contó de su primera relación lesbica mas o menos así: Con 22 años recien cumplido y luego de pelearme definitivamente con mi primer novio desde los 14, estaba como un poco vacia, por lo que mis amigas me aconsejaron que no hiciera pavadas y me recluyera en el departamento de mis padres en Mar del Plata, no era temporada y por lo tanto estaba tranquila la ciudad por lo que sin mas viajé a la "feliz" a cargar las pilas. Los primeros días pasaron sin novedad, paseaba a la orilla del mar o visitaba el centro, o el puerto pero en el fondo extrañaba todo, el sexo con Daniel, mis amigas, no sé los vecinos, en fin todo. Al quinto día de mi reclusión ya habia tomado el habito de agarrar un libro y pasear por el puerto y sentarme frente al mar haciendo como que leía cuando en realidad devoraba con los ojos a los marinos que trabajaban descargando su pesca y los imaginaba sobre mi desnudos, sudorosos, con tremendas pollas erectas a las que yo enloquecida chupaba, y recibía en mis dos sagrados agujeros, me calenté tanto que decidí volver a casa para hacer "algo", al salir de la zona del puerto una mujer de mas o menos 40 años me hizo señas de que la llevara y ya en el pequeño Ford K, comenzamos una charla que derivó para mi sorpresa en que Celia, (así se llamaba)oh casualidad vivía en el departamento de abajo del mío en el mismo edificio y varias veces me había visto durante esos días, era una mujer común bellisimos ojos verdes como dos esmeraldas, cabello castaño parecía natural (sin tintura) bonitas nariz, y boca, aparentemente (pues el abrigo no permitía ver mucho) buenos pechos y lo demas todo tapado, tenía buena charla aparentaba ser culta, un poco mas alta que yo, y al llegar como también vivía sola me invitó a pasar a su departamento. Allí me enteré que trabajaba en una biblioteca cerca del puerto, y ella se enteró de mis desventuras, entre lagrimas le conté de mi rotura con Daniel, y cuando ya mi llanto se volvia inatenso, los brazos de Celia me rodearon cobijandomé haciendo que al ritmo de sus suaves caricias en mi espalda y con el aroma de su suave pero muy buen perfume me sentí rara, distinta, como cuando con Daniel nos preparabamos para el sexo y la sangre comenzaba a hervir en mis venas, los hermosos pechos que ahora si se insinuaban en la blanca camisa semi transparente dotados de grandes pezones, centrados en oscuras aureolas que traslucían ya que celia no tenía soutien, no me sobresalté cuando la boca de Celia, comenzó a besar mi cara, mis orejas, mi cuello y se depositó tenuemente tratando de tranquilizarme en mis labios, no me sobresalté no, no tuve tiempo pues sin apartar sus labios de los míos introdujo timida y suavemente su lengua en mi boca reconociendo mi dentadura, cruzandosé con mi lengua, en un beso que duro bastante, a los instantes de introducir su lengua sus manos experta comenzaron a recorrer mi espalda hacia abajo llegando a mis nalgas acariciandolas suave pero intesamente por sobre la calza roja. No trabajó ella sola ya que mi mano derecha como podía acariciaba su teta izquierda desde la base hasta el pezon retorciendolo a este logrando arrancar suspiros intensos de Celia, no pasó mucho que estabamos tiradas en la suave alfombra tratando de quitarnos las ropas muy caliente yo tomé la posta y desprendí la camisa liberando las dos tetas mas atractivas que hubiera conocido, seguí con el ajustado jean, y tambien desnudé sus hermosos y perfumados pies, los besé intensamente, chupé sus dedos, acaricié sus plantas con pasión y de a poco subi hasta su entrepierna no sin antes detenerme en sus rodillas, sus muslos, la cara interna de estos hasta llegar a su almeja finamente depilada, corri y luego saqué la tanga de tul negro que no disimulaba los subyugantes labios de su vagina y me dedique a un cunnilingus con todo como a mi me gusta que me lo hagan, en el que no descuidé un poquito de saeteo anal, unos tironcitos chupando los labios, algun mordizco, mi lengua recorría su sexo en toda su magnitud, y cuando por los gemidos, las palabras entrecortadas y los espasmos noté que Celia estaba lista me dediqué a su rosado clitoris atendiendoló tan intensamente que le arranque no un sinó dos orgasmos luego de los cuales caimos rendidas nuevamente una en brazo de otra. Ya mas caliente yo no podía estar y al poder recobrar la respiración pedi a Celia, que me hiciera acabar a mi pero la picara se negó siciendome - No ahora no, vení esta noche cenamos y la sobremesa será para vos, mientras tanto no te masturbes, por lo menos no te descargues conocerás mi amor. Dicho esto se vistió, mientras yo me arreglaba las ropas y me acompañó hasta la salida, me despidió con una mano en mi culo y un intenso beso en el cuello que me hizo vibrar.

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